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Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
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a Silent World :: Segunda Limpieza :: Afueras de la Ciudad :: Bosques Septentrionales :: Torre de los Susurros
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Re: Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
Sonreí cuando me deseo buenas noches. Aunque estaba claro que las suyas iban a ser mejores que las mías. A no ser que tuviera pesadillas, cosa bastante probable debido al sitio donde nos encontrábamos. O eso había descubierto yo que me pasaba a mí. Las pocas veces que me había dormido des de que me encontraba en éste mundo, me había despertado boqueando y empapada en sudor. A punto de gritar si hubiera tenido voz. Ése era uno de los motivos por los que había decidido hacer la guardia también. No quería que Kay se asustase si me veía removerme en sueños y poner caras de terror. Los fherals me perseguían tanto en la realidad como en los sueños.
Pero cuando Kay se durmió, su respiración se volvió profunda y acompasada. Parecía estar durmiendo sin sueños, o, al menos, sin pesadillas. Sonreí para mí, alegrándome por que no tuviera que pasarlo mal en sueños y pudiese descansar. Tras estar mirándole por unos instantes mientras dormía decidí que no iba a despertarle a no ser que fuera urgente o que viese que no aguantaba más despierta. Él necesitaba dormir, y se le veía tan tranquilo cuando cerraba los ojos, nada comparado con como estaba cuando nos conocimos a los pies de la torre.
Pasaron minutos y horas, y en mi hoja acabó apareciendo la imagen de la ciudad, pero no era la ciudad tal como la veíamos ahora. Era la ciudad cuando debía estar en su época esplendorosa. Cómo el día que hizo sol, solo que, además, dibujé los habitantes que allí hubieran habido, si es que alguna vez los hubo. ¿Se habrían convertido en fherals o los fherals se los habían comido a ellos? Bueno, era inútil pensar en todo eso, un fheral no iba a responderme. Al cabo de un rato me aburrí de estar sentada dibujando y me levanté un momento. Miré por la ventana, parecía que los fherals no iban a darnos el tostón aquél día. Eso era suerte.
Me volví hacia Kay, y luego hacia la puerta que conducía a las escaleras. Quería comprobar si en la planta baja hubiera algo que nos hiciera servicio, ya que cuando habíamos pasado para subir por las escaleras no nos habíamos detenido a inspeccionarla. Aunque claro, sabiendo que había un cadáver allí abajo, cualquiera se ponía a investigar. Pero dado que no tenía nada mejor que hacer, cogí aire, le di un último vistazo al Kay durmiente y bajé hacia la planta baja de al torre.
Una vez llegué me tuve que tapar la nariz y la boca. Ah, el olor a descomposición era tan fuerte… No había demasiada luz porque aún era de noche y la puerta estaba cerrada, por lo que saqué mi linterna y la encendí. Lo que vi no me gusto demasiado. Traté de pasar por alto el cadáver putrefacto pero era casi imposible no ver todas las moscas que le rondaban. Noté arcadas. Di una vuelta por la planta baja intentando no respirar demasiado, pero la verdad es que aquella torre no tenía casi nada. Se podía decir que lo m´as importante eran los ‘restos orgánicos’ que estaban desperdigados por el suelo. Pero entonces algo brillante captó mi atención. Cerca del cuerpo había algo. Me acerqué con el corazón en un puño mientras trataba de fijar mi mirada al cuerpo brillante, y no al hombre en descomposición. Era una especie de espada… Pero pequeña y ago más ancha. Un machete. Y tenía el filo lleno de sangre. Parecía que no le había sido muy útil al hombre. Casi con los ojos llorosos por el olor, cogí le objeto y lo levanté. Estaba en perfectas condiciones. Sólo algo sucio. Y entonces hice algo que nunca creí que pudiera llegar a hacer. Me agaché hasta situarme al lado del cuerpo y pasé el filo del arma por encima de la camiseta rota del cuerpo para limpiarla. Aguantándome las ganas de llorar y salir corriendo.
Una vez hube limpiado el arma me levanté y salí casi corriendo escaleras arriba. Una vez el olor a putrefacción se hubo ido de mí alrededor, me apoyé a la pared. Boqueando y con los ojos llorosos de terror. ¡¿Cómo podía haberlo hecho?! De repente las arcadas volvieron y me encorvé, apoyándome con la mano en la pared de enfrente. No debía vomitar, la comida era algo escaso, no podía permitirme perderla. Inspiré profundamente varias veces hasta que logré calmarme. Una vez me aseguré de que no iba a vomitar, seguí subiendo hasta volver al piso superior de la torre; allí, fui a sentarme al lado de Kay, como antes. Pero levante las rodillas y me las abracé. Inspirando profundamente y con lágrimas aún en los ojos. Aún conservaba el machete a mi lado, pero no podía entender como había sido capaz de hacer lo que había hecho.
En ése momento fue cuando noté a Kay removiéndose en el saco y abriendo los ojos. Se iba a asustar si me veía en ése estado.
Pero cuando Kay se durmió, su respiración se volvió profunda y acompasada. Parecía estar durmiendo sin sueños, o, al menos, sin pesadillas. Sonreí para mí, alegrándome por que no tuviera que pasarlo mal en sueños y pudiese descansar. Tras estar mirándole por unos instantes mientras dormía decidí que no iba a despertarle a no ser que fuera urgente o que viese que no aguantaba más despierta. Él necesitaba dormir, y se le veía tan tranquilo cuando cerraba los ojos, nada comparado con como estaba cuando nos conocimos a los pies de la torre.
Pasaron minutos y horas, y en mi hoja acabó apareciendo la imagen de la ciudad, pero no era la ciudad tal como la veíamos ahora. Era la ciudad cuando debía estar en su época esplendorosa. Cómo el día que hizo sol, solo que, además, dibujé los habitantes que allí hubieran habido, si es que alguna vez los hubo. ¿Se habrían convertido en fherals o los fherals se los habían comido a ellos? Bueno, era inútil pensar en todo eso, un fheral no iba a responderme. Al cabo de un rato me aburrí de estar sentada dibujando y me levanté un momento. Miré por la ventana, parecía que los fherals no iban a darnos el tostón aquél día. Eso era suerte.
Me volví hacia Kay, y luego hacia la puerta que conducía a las escaleras. Quería comprobar si en la planta baja hubiera algo que nos hiciera servicio, ya que cuando habíamos pasado para subir por las escaleras no nos habíamos detenido a inspeccionarla. Aunque claro, sabiendo que había un cadáver allí abajo, cualquiera se ponía a investigar. Pero dado que no tenía nada mejor que hacer, cogí aire, le di un último vistazo al Kay durmiente y bajé hacia la planta baja de al torre.
Una vez llegué me tuve que tapar la nariz y la boca. Ah, el olor a descomposición era tan fuerte… No había demasiada luz porque aún era de noche y la puerta estaba cerrada, por lo que saqué mi linterna y la encendí. Lo que vi no me gusto demasiado. Traté de pasar por alto el cadáver putrefacto pero era casi imposible no ver todas las moscas que le rondaban. Noté arcadas. Di una vuelta por la planta baja intentando no respirar demasiado, pero la verdad es que aquella torre no tenía casi nada. Se podía decir que lo m´as importante eran los ‘restos orgánicos’ que estaban desperdigados por el suelo. Pero entonces algo brillante captó mi atención. Cerca del cuerpo había algo. Me acerqué con el corazón en un puño mientras trataba de fijar mi mirada al cuerpo brillante, y no al hombre en descomposición. Era una especie de espada… Pero pequeña y ago más ancha. Un machete. Y tenía el filo lleno de sangre. Parecía que no le había sido muy útil al hombre. Casi con los ojos llorosos por el olor, cogí le objeto y lo levanté. Estaba en perfectas condiciones. Sólo algo sucio. Y entonces hice algo que nunca creí que pudiera llegar a hacer. Me agaché hasta situarme al lado del cuerpo y pasé el filo del arma por encima de la camiseta rota del cuerpo para limpiarla. Aguantándome las ganas de llorar y salir corriendo.
Una vez hube limpiado el arma me levanté y salí casi corriendo escaleras arriba. Una vez el olor a putrefacción se hubo ido de mí alrededor, me apoyé a la pared. Boqueando y con los ojos llorosos de terror. ¡¿Cómo podía haberlo hecho?! De repente las arcadas volvieron y me encorvé, apoyándome con la mano en la pared de enfrente. No debía vomitar, la comida era algo escaso, no podía permitirme perderla. Inspiré profundamente varias veces hasta que logré calmarme. Una vez me aseguré de que no iba a vomitar, seguí subiendo hasta volver al piso superior de la torre; allí, fui a sentarme al lado de Kay, como antes. Pero levante las rodillas y me las abracé. Inspirando profundamente y con lágrimas aún en los ojos. Aún conservaba el machete a mi lado, pero no podía entender como había sido capaz de hacer lo que había hecho.
En ése momento fue cuando noté a Kay removiéndose en el saco y abriendo los ojos. Se iba a asustar si me veía en ése estado.
Johanna M. Simmons- Mensajes : 73
Re: Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
Bueno, bueno. Había sido una noche tranquila y sin pesadillas, algo que hacía tiempo que no tenía. Eso er abueno, parecía que tanto jugar a los juegos de zombies me había hecho menos bulnerable a todo lo que pasaba por mis ojos durante aquellos días. Eran cosas realmente asquerosas que superaban a la ficción con creces. Y más cuando tú eres la comida de los zombies.
Me estiré como un gato y miré a mi alrededor, buscando a Johanna. La encontré en la pared, abrazada a las piernas, inspirando con bastante fuerza. Enarqué las cejas y me salí del saco de dormir, acercándome un poco a ella y poniéndole una mano sobre el hombro. Ladeé la cabeza y carraspeé la garganta, para llarmar la atención.
-Oye, ¿estás bien? -en mi voz se pudo notar la preocupación. Mis ojos se fueron hacia algo brillante que había a su lado. Era como un cuchillo, pero en grande. ¡Un machete! Lo cogí con una mano, con cuidado y lo miré, con los ojos brillantes. Dios mío, había encontrado un arma. Un golpe de suerte. Bueno, así encontré yo mi katana. Miré de nuevo a Johanna y dejé el machete a su lado.
-¿Dónde lo has encontrado? Un momento... ¿has salido de la torre mientras estaba sobando? -abrí los ojos.
Me estiré como un gato y miré a mi alrededor, buscando a Johanna. La encontré en la pared, abrazada a las piernas, inspirando con bastante fuerza. Enarqué las cejas y me salí del saco de dormir, acercándome un poco a ella y poniéndole una mano sobre el hombro. Ladeé la cabeza y carraspeé la garganta, para llarmar la atención.
-Oye, ¿estás bien? -en mi voz se pudo notar la preocupación. Mis ojos se fueron hacia algo brillante que había a su lado. Era como un cuchillo, pero en grande. ¡Un machete! Lo cogí con una mano, con cuidado y lo miré, con los ojos brillantes. Dios mío, había encontrado un arma. Un golpe de suerte. Bueno, así encontré yo mi katana. Miré de nuevo a Johanna y dejé el machete a su lado.
-¿Dónde lo has encontrado? Un momento... ¿has salido de la torre mientras estaba sobando? -abrí los ojos.
Kay Gray- Mensajes : 145
Re: Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
Trataba de calmarme. Vamos, vamos Johanna, no ha sido para tanto. Aquél hombre ya estaba muerto y necesitabas el arma. ¿Que mas da que se la quitases y la limpiases en su camiseta? El no la iba a usar más… Pero es que aun no sabía como había sido capaz de hacerlo. Me mire las manos, ¿en qué me estaba convirtiendo? ¡Le había robado un arma a un cuerpo en descomposición! Eso solo ocurría en las películas de ficción… Aquél lugar me iba a volver loca. Yo no era así. Yo era Johanna, la dulce e inocente Johanna. La Johanna que ayudaba a todo aquel que lo necesitara. No la Johanna que robaba armas a cadáveres.
Me tapé la cara con las manos. Me había afectado demasiado, estaba inestable. ¿Me iba a volver loca en aquel lugar? Seguramente… Entonces oí la voz de Kay. ¡Oh, Kay! Me había olvidado por completo de él. Acabaría de despertarse. Levanté la cabeza para mirarle, apartando las manos levemente de mi cara. Al principio no respondí a sus preguntas, simplemente me limité a ver como cogía mi machete y volvía a hablarme, preocupado.
Uh, mí machete, ¿cuándo me había acostumbrado a pensar de esta forma con tanta naturalidad? Suspiré y cogí aire para tratar de responder a Kay, pero cuando fui a coger la libreta para responderle, pude observar como mis manos temblaban violentamente. Y entonces no pude más. Mi cuerpo empezó a convulsionarse y las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas sin control, estaba aterrada. Por todo. Por los fherals, por la situación, por mí. ¡¿Por qué nos había pasado esto?!
Sin pensar mucho en lo que hacía me eché sobre el hombro de Kay y seguí llorando amargamente. En silencio. Como todo lo que hacía. Definitivamente aquél lugar me estaba desquiciando.
Me tapé la cara con las manos. Me había afectado demasiado, estaba inestable. ¿Me iba a volver loca en aquel lugar? Seguramente… Entonces oí la voz de Kay. ¡Oh, Kay! Me había olvidado por completo de él. Acabaría de despertarse. Levanté la cabeza para mirarle, apartando las manos levemente de mi cara. Al principio no respondí a sus preguntas, simplemente me limité a ver como cogía mi machete y volvía a hablarme, preocupado.
Uh, mí machete, ¿cuándo me había acostumbrado a pensar de esta forma con tanta naturalidad? Suspiré y cogí aire para tratar de responder a Kay, pero cuando fui a coger la libreta para responderle, pude observar como mis manos temblaban violentamente. Y entonces no pude más. Mi cuerpo empezó a convulsionarse y las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas sin control, estaba aterrada. Por todo. Por los fherals, por la situación, por mí. ¡¿Por qué nos había pasado esto?!
Sin pensar mucho en lo que hacía me eché sobre el hombro de Kay y seguí llorando amargamente. En silencio. Como todo lo que hacía. Definitivamente aquél lugar me estaba desquiciando.
Johanna M. Simmons- Mensajes : 73
Re: Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
Johanna estaba temblando. Me empezó a preocupar seriamente. ¿Le habría psado algo? ¿Estaría herida? No sabía a qué venía auel estado, pero no me dio tiempo a preguntar, porque empezó a llorar con bastante fuerza. Vaya, aquello si que era muy fuerte. Se apoyó en mi hombro y continuó llorando. No sabía que hacer en aquellos momentos, pues no se me daba bien consolar a la gente. Opté por pasarle un brazo por la cintura y abrazarla con fuerza, intentando calmarla, pero parecía imposible.
Quería preguntarle que le pasaba, pero no me daba tiempo a ahblar. Seguía llorando con fuera y a mí me estaba poniendo cada vez más nervioso. Le pasaba algo y no sabía que era. Era frustrante, pues yo quería ayudarla aunque fuera un poquito. Al parece, no podía hacerlo. Me separé un poco, de ella, mirándola a los ojos.
-¿Te ha pasado algo?
Le tomé una mano y la apreté con fuerza, intentando transmitir confianza. Sonreí con delicadeza y le sequé una lágrima que caía por una de sus mejillas. Estaba helada. Tenía la piel helada. Seguro que tenía bastante frío.
Quería preguntarle que le pasaba, pero no me daba tiempo a ahblar. Seguía llorando con fuera y a mí me estaba poniendo cada vez más nervioso. Le pasaba algo y no sabía que era. Era frustrante, pues yo quería ayudarla aunque fuera un poquito. Al parece, no podía hacerlo. Me separé un poco, de ella, mirándola a los ojos.
-¿Te ha pasado algo?
Le tomé una mano y la apreté con fuerza, intentando transmitir confianza. Sonreí con delicadeza y le sequé una lágrima que caía por una de sus mejillas. Estaba helada. Tenía la piel helada. Seguro que tenía bastante frío.
Kay Gray- Mensajes : 145
Re: Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
Las lágrimas parecían no acabarse nunca y mi cuerpo temblaba y se convulsionaba. No podía dejar que todo esto me afectara de este modo, pero no sabia como pararlo. Se me iba de las manos… No podía aguantar esta situación, no era lo suficientemente fuerte… Yo era una débil. Y estos pensamientos solo lograban aumentar la magnitud de mi llanto.
Note uno de los brazos de Kay en mi cintura. En condiciones normales no habría podido aguantar ese contacto, tan poco acostumbrada que estaba yo al contacto físico con las demás personas. Pero ahora mismo necesitaba el apoyo de alguien, me estaba derrumbando por momentos. Seguramente si estuviera sola… Bueno, no sabría que habría hecho. Quizás hubiera visto el machete desde otro punto de perspectiva. Pero ahora tenía que controlarme, no podía permitirme ser débil. Kay estaba conmigo y no quería contagiarle mi estado de ánimo. Si no, no íbamos a sobrevivir.
Cuando se apartó un poco para mirarme intenté mantenerle la mirada, pero no pude. Desvié la mirada hacía abajó y negué con la cabeza. Realmente no me había pasado nada pero… yo era tan débil… todo esto iba a poder conmigo. Si no lo hacían antes los fherals. Cerré los ojos cuando note el tacto de Kay en la mejilla y traté de tranquilizarme. Ladeé la cabeza en dirección a su mano y me permití dibujar una pequeña sonrisa cuando me hube controlado. Luego, con un suspiro, cogí mi libreta. Se merecía que le respondiera, le estaba asustando.
“Estoy bien… Es sólo… El machete estaba al lado del cadáver de abajo… No sé… toda la situación ha podido conmigo. ¿Por qué nos pasa esto?”
Al final del escrito se podía ver el signo de interrogación medio borrado porque una lágrima había caído encima.
Note uno de los brazos de Kay en mi cintura. En condiciones normales no habría podido aguantar ese contacto, tan poco acostumbrada que estaba yo al contacto físico con las demás personas. Pero ahora mismo necesitaba el apoyo de alguien, me estaba derrumbando por momentos. Seguramente si estuviera sola… Bueno, no sabría que habría hecho. Quizás hubiera visto el machete desde otro punto de perspectiva. Pero ahora tenía que controlarme, no podía permitirme ser débil. Kay estaba conmigo y no quería contagiarle mi estado de ánimo. Si no, no íbamos a sobrevivir.
Cuando se apartó un poco para mirarme intenté mantenerle la mirada, pero no pude. Desvié la mirada hacía abajó y negué con la cabeza. Realmente no me había pasado nada pero… yo era tan débil… todo esto iba a poder conmigo. Si no lo hacían antes los fherals. Cerré los ojos cuando note el tacto de Kay en la mejilla y traté de tranquilizarme. Ladeé la cabeza en dirección a su mano y me permití dibujar una pequeña sonrisa cuando me hube controlado. Luego, con un suspiro, cogí mi libreta. Se merecía que le respondiera, le estaba asustando.
“Estoy bien… Es sólo… El machete estaba al lado del cadáver de abajo… No sé… toda la situación ha podido conmigo. ¿Por qué nos pasa esto?”
Al final del escrito se podía ver el signo de interrogación medio borrado porque una lágrima había caído encima.
Johanna M. Simmons- Mensajes : 73
Re: Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
Parece que se tranquilizó un poco y cogió la libreta. Esperé con paciencia a que terminara de escribir y se la cogí para leerlo mejor. Mi respuesta fue encogerme de hombros y levantarme de suelo, para mirar a las torres que había delante de mí. Suspiré y me metí las manos en los bolsillos. Desvié la mirada hacia sus ojos y sonreí.
-Realmente no lo sé, Johanna. Pero por alguna razón tenemos que estar aquí. Y vamos a salir de esta -cogí la katana y me la guardé en el cinto.
Ahora que había un poco de más luz, los Fherals tenían que estar más apaciguados y no habría tantos en las calles. Tendríamos que empezar a ctuar con bastante rapidez si queríamos llegar allí antes de que llegara la nocho o no tendríamos más remedio que enfrentarnos a todos los que se nos echaran encima. Cogí la mochila y le di un trago a la cocacola, para guardarla después. Me la cogué en el hombro y saqué el lienzo de nuevo, para asegurarme de que era aquello lo que había dibujado. En la claridad del día, podía verlo mejor. Sí, aquella torre era la que estaba pintada al óleo en el trozo de tela blanco. Me lo guardé de nuevo en el bolsillo y miré a Johanna.
-Vamos, cuanto antes lleguemos mejor. No sé a cuánto está la ciudad de lejos, pero no podemos dejar que el tiempo se nos heche encima -le tendía una mano para que se levantara, con una sonrisa.
-Realmente no lo sé, Johanna. Pero por alguna razón tenemos que estar aquí. Y vamos a salir de esta -cogí la katana y me la guardé en el cinto.
Ahora que había un poco de más luz, los Fherals tenían que estar más apaciguados y no habría tantos en las calles. Tendríamos que empezar a ctuar con bastante rapidez si queríamos llegar allí antes de que llegara la nocho o no tendríamos más remedio que enfrentarnos a todos los que se nos echaran encima. Cogí la mochila y le di un trago a la cocacola, para guardarla después. Me la cogué en el hombro y saqué el lienzo de nuevo, para asegurarme de que era aquello lo que había dibujado. En la claridad del día, podía verlo mejor. Sí, aquella torre era la que estaba pintada al óleo en el trozo de tela blanco. Me lo guardé de nuevo en el bolsillo y miré a Johanna.
-Vamos, cuanto antes lleguemos mejor. No sé a cuánto está la ciudad de lejos, pero no podemos dejar que el tiempo se nos heche encima -le tendía una mano para que se levantara, con una sonrisa.
Kay Gray- Mensajes : 145
Re: Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
Le vi levantarse y yo también miré al cielo. Estaba esclareciendo dentro de lo que cabía, Kay tenía razón, si no nos marchábamos pronto llegaríamos a la ciudad en la noche. Y no me gustaba demasiado la idea teniendo en cuenta que ni siquiera teníamos un refugio donde resguardarnos. Me limpie las lágrimas de las mejillas y me levanté, convencida.
No podía hundirme ahora. Era consciente de que en algún otro momento iba a volver a esta especie de ataque de ansiedad que había tenido, pero ahora no tenía tiempo para estas cosas. Abrí la mochila y le di un trago a la botella de agua, tenía la boca echa un asco por no poder lavarme los dientes. Luego, guardé la botella y me dispuse a enrollar el saco de dormir para ponerlo también en la mochila.
Cuando estuve lista me colgué la mochila a la espalda, no sin antes guardar la libreta dentro de ella. Ahora sólo iba a poder comunicarme con él por gestos. La cosa se complicaba. Miré al cielo y vi que había dejado de llover. Vaya, no me había dado cuenta del cambio cuando estuve despierta. Quizás había pasado mientras yo me hallaba en la planta baja…
Observé lo que Kay hacía con la katana y decidí imitarle. Primero cogí el machete, sin saber exactamente como iba. Esperaba que no fuese difícil usarlo… Luego me pase el filo por el espacio entre el cinturón y los vaqueros y lo deje colgando de la cintura, como si fuera una espada. Suspiré y miré por la ventana de nuevo. Empezaba la aventura, esta última noche había sido tranquila dentro de lo que cabía. Quién sabía que nos esperaría.
Me estiré y bostecé. Estaba un poco cansada de no dormir, pero podría aguantar. Luego miré a Kay, dándole a entender que ya estaba lista para que empezáramos la marcha. Ajusté las correas de la mochila y me aseguré que el machete seguía donde debía. Sonreí y cogí aire, dejándolo ir con sonoridad. Bueno, era hora de marcharse.
No podía hundirme ahora. Era consciente de que en algún otro momento iba a volver a esta especie de ataque de ansiedad que había tenido, pero ahora no tenía tiempo para estas cosas. Abrí la mochila y le di un trago a la botella de agua, tenía la boca echa un asco por no poder lavarme los dientes. Luego, guardé la botella y me dispuse a enrollar el saco de dormir para ponerlo también en la mochila.
Cuando estuve lista me colgué la mochila a la espalda, no sin antes guardar la libreta dentro de ella. Ahora sólo iba a poder comunicarme con él por gestos. La cosa se complicaba. Miré al cielo y vi que había dejado de llover. Vaya, no me había dado cuenta del cambio cuando estuve despierta. Quizás había pasado mientras yo me hallaba en la planta baja…
Observé lo que Kay hacía con la katana y decidí imitarle. Primero cogí el machete, sin saber exactamente como iba. Esperaba que no fuese difícil usarlo… Luego me pase el filo por el espacio entre el cinturón y los vaqueros y lo deje colgando de la cintura, como si fuera una espada. Suspiré y miré por la ventana de nuevo. Empezaba la aventura, esta última noche había sido tranquila dentro de lo que cabía. Quién sabía que nos esperaría.
Me estiré y bostecé. Estaba un poco cansada de no dormir, pero podría aguantar. Luego miré a Kay, dándole a entender que ya estaba lista para que empezáramos la marcha. Ajusté las correas de la mochila y me aseguré que el machete seguía donde debía. Sonreí y cogí aire, dejándolo ir con sonoridad. Bueno, era hora de marcharse.
Johanna M. Simmons- Mensajes : 73
Re: Bajo la torre. Un momento ¿Una torre? (Johanna + libre)
Sonreí cuando estuvo preparada. Bueno, pues creo que aquello era todo. Miré a mi alrededor, no me dejaba nada. Todo tenía el mismo aspecto que cuando habíamos llegado. La mochila en mi espalda, la katana en el cinto y la cabeza en su sitio. Miré de nuevo a las torres antes de dar un paso hacia Johanna y acariciarle el pelo, con cariño.
-Nos espera un viaje de unas cuantas horas. ¿Podrás? -sonreí y empecé a bajar las escaleras, seguido de ella. Cuando llegamos a la planta baja, me despedí de nuestro amigo descompuesto y abrí la puerta. Una bocanada de aire fresco removió mis cabellos. No pude evitar sonreir.
Salimos a la calle y cerramos la puerta de la torre. Antes de marcharnos a la busca de aquella nueva torre, no pude evitar mirar hacia atrás y contemplar el monumento. Quizar fuera el lugar más seguro que había encontrado. Ahora era cuándo realmente tendría que tener cuidado. la aventura había comenzado. Con Johanna a mi lado, comenzamos a adentrarnos en los bosques alejándonos y saliendo de aquel lugar.
-Nos espera un viaje de unas cuantas horas. ¿Podrás? -sonreí y empecé a bajar las escaleras, seguido de ella. Cuando llegamos a la planta baja, me despedí de nuestro amigo descompuesto y abrí la puerta. Una bocanada de aire fresco removió mis cabellos. No pude evitar sonreir.
Salimos a la calle y cerramos la puerta de la torre. Antes de marcharnos a la busca de aquella nueva torre, no pude evitar mirar hacia atrás y contemplar el monumento. Quizar fuera el lugar más seguro que había encontrado. Ahora era cuándo realmente tendría que tener cuidado. la aventura había comenzado. Con Johanna a mi lado, comenzamos a adentrarnos en los bosques alejándonos y saliendo de aquel lugar.
Kay Gray- Mensajes : 145
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