Esto se está poniendo feo...(Kayla + libre)

Andaba tan tranquila por Dios sabe donde cuando me encontré en un caserón de caza, con salón incluido y todo.
Le di una patada a la piedra y me masajeé el cuello. Lo que me dolía junto a la cabeza. Además, queria ya agua corriente y tenía hambre, y queria una ducha, y un novio y.... En fin.
Me puse a cantar (con mi voz de pitufo ¬¬) y a hacer el paripé un rato por ahí, entre mirada y mirada. Al final, cansada, me senté en el suelo y apoyé la espalda contra la pared. Que amargamiento, asqueroso aburrimiento. Y tampoco podía mirar al cielo, porque era (¡como no!) un amasijo de nubes grises. Aquel mundo, definitivamente era una mierda.

- Tsss-

Algo sonó en la puerta y me levanté asustada. ¿Uno de los zombies? Madre mia, tampoco tenía nada con lo que defenderme. ¿Tendría que salir por patas? Aquello estaba bastante mal.
Me acerqué despacio y me asomé a la puerta.

- ¡Ah!- grité.

Había una chica mirandome con unos perfectos ojos negros. Caí del susto al suelo. ¿Qué hacía alli una enana de apenas 16 años empiándome? Me levanté corriendo, asustada, con una cara de loca que echaba para atrás.

- ¿Y tú quién eres?

Etto.... Pues no parecía muy violenta, no.
Me acerqué a ella con una sonrisa y me acerqué con el ceño fruncido. Un poquito. Pensé que esa chica que caería bien.
- Pues la verdad es que no... Me llamo Kate, o Kat, como prefieras.- me pasé una mano por el pelo- ¿Te importaria decirme que hacias ahí espiandome? O que haces sola, lo mismo me da.
Era monísima y chiquitisima y me dieron unas tremendas ganas de preguntarle como una tonta: ¿Quieres ser mi amiga? Pero mi cupo de hacer el patético había acabado por hoy. O no, porque me volvió a sonar el estómago. Me puse roja como un tomate y miré para otro lado.
- ¿De donde eres?- pregunté para cambiar de tema.