¿Qué es esto? (Emie + libre)

Atravesé una gran plaza antes de llegar a aquel enorme edificio calcinado. Al parecer, en otros tiempos podría haber sido un teatro o algo parecido.
Entré despacio en el lugar, por el pánico que le tenía a los fherals, ojeando alrededor antes de dar cada paso.

Lo cierto es que deseaba encontrarme con cualquier persona, cualquiera que pudiera hacerme compañía en aquel mundo del cual no entendía nada aun. Andaba lentamente, sola, y asustada.

El lugar, segun mis extraños gustos, era bastante hermoso, a pesar del color y los muros medio derrumbados. Todo el sitio parecía estar hecho de cenizas, aunque al ser tan grande me recordó a la escena de un libro que leí alguna vez y del que, realmente, no recordaba el titulo pero sí la historia.

-¿Holaaaa?-Susurré de manera casi inaudible, por lo que me sentí estúpida al momento. ¿Quién me iba escuchar si andaba con miedo por si me oían los fherals?

Seguí andando inspeccionando con cuidado cada habitación, preguntandome si tal vez alguien se refugiaba allí.

-¡Joder tia!- Grité asustadisima, cuando una chica posó una katana sobre mi.

Bien, no estaba sola, pero no sé si hubiera sido mejor que lo estuviera, alomejor quería matarme por aquel cuento del portal que, supuestamente buscarían todos los que estaban en aquel mundo.

La miré con nerviosismo y los ojos muy abiertos, con las manos en alto, en simbolo de que no era enemiga.

-Yo no busco el portal, baja eso, por favor, soy Lyra, me he perdido, no...no conozco el sitio, por favor no me mates- Intenté tranquilizarla.

Tal vez no quería matarme, sino, no veo el porque había frenado, esperaba que así fuera, yo solo estaba buscando a alguien que me enseñara a andar por aquel lugar, alguien en quien pudiera confiar. Lo cierto es que solo buscaba a Christian, pero no se me antojaba malo aquello de encontrar a cualquier otra persona que me explicara algo de ese mundo.

Me quedé inmovil, aun con las manos en alto, esperando que la chica bajara el arma. Sin darme cuenta estaba temblando. ¿No me había matado uno de esos zombies y me iba a mantar una chica cualquiera como yo? Sería muy patético

-Soy Lyra...-Repetí algo más tranquila, intentando controlar mi respiración agitada por el miedo y bajando la voz, pues anteriormente había estado hablando a gritos

-Hola...-Dije en un susurro, ofreciendo mi mano a que me la estrechara.

Lo cierto es que me confundía bastante, ¿acababa de intentar matarme y ahora se ponía a gastar bromas? Me costaba asimilar aquello.

La chica parecía simpática pero...era rara, o eso me parecía, aunque claro, ¿Qué no me parecía raro de aquel mundo?

La miré seria durante un rato, sin saber que decirle y luego devolví la vista alrededor.

Vale, por fín había encontrado a alguien, y ahora me daba verguenza preguntarle cualquier cosa, con la de cosas que quería preguntarle...Tal vez ella llevara más tiempo en aquel sitio y supiera porque estabamos allí.

-¿Eres de aqui?-Pregunté tímida devolviendole la mirada.

Lo mismo hasta había nacido allí, aunque, ¿No era cierto eso de que allí solo habían fherals? Quién sabe, aun no sabía nada de aquel mundo

-Esto...era un teatro,¿No?-Pregunté curiosa, pero aun con tímidez. Lo cierto es que, a pesar del mal aspecto del lugar, me agradaba. Me recordaba a algo que no sabía que era, pero era agradable, tal vez fuera un sueño, o algo parecido.

Entré con algo de miedo y lentamente por la puerta. No sabía lo que me esperaba al otro lado, así que respiraba con visible temor. El teatro estaba igual que el resto de la ciudad... hecho una porquería y muy agrietado.

Bajé poco a poco las escaleras, y pude oír unas voces. Me empezaron a entrar escalofríos, no sé si por las voces, el lugar, la situación, o una mezcla de todo. Entre unas y otras cosas, acabé tropezando y cayendo de bruces a pocos metros de dos chicas, de quien deduje que eran las voces. No les vi las caras en el momento en el que caí, pero supongo que debieron asustarse mucho, ya que ignoraban mi presencia.

Me levanté como pude, hasta que pude sentarme en el suelo y ver que mis pantalones favoritos se habían desgarrado, abriéndome un corte del que salía sangre. Toqué mi cara, y noté que de una de las mejillas también emanaba el mismo líquido rojo. "Para ser un sueño -pensé- esto es bastante real".

Lo cierto es que empezaba a sospechar que todo aquello no era un sueño, ya que ya había sentido dolor. Pero prefería seguir pensando que lo era.

- Hola -saludé a las chicas, que me miraban- Perdonar si os he asustado, pero es que... tropecé.

Trás escapar de aquella iglesia entro al edificio de efrente a refugiarme, me habia herido un Fheral vestido de cura, una de mis manos apretandome el estomago tapando la hemorragia y con la otra me apoyo para no caer sujetandome a cualquier objeto. Oh, mierda no deberia de haber confiando en que ese cura era una persona normal y corriente, aunque parecia tan real... Andaba como una persona normal, pero las cosas no terminaron siendo lo que parecieron.
Andando llegue a la estrada del teatro, donde los actores subian y actuaban... Todo en mal aspecto pero logro ver una silla en buen estado, me siento en ella y miro hacia el frente, donde estaban todas las sillas, que parecian estar apuntando todas a mi. Continuaba apretando mi herida, al principio no noté gran dolor, pero cuanto mas pasa el tiempo voy notando como me debilito, estoy completamente blanco y tembloroso, sabia que algo asi me iba a pasar, soy un imán para recibir golpes.

Parece que escucho voces... Intento levantarme de la silla pero ya me doy por vencido, que pase lo que tenga que pasar.

-¿Una loca?-Pregunté a la chica con una media sonrisa que no decidía si quería seguir siendo media o estallar en carcajadas.

Bueno, no era de allí, pero al menos sí llevaba mucho tiempo en aquel lugar y seguramente podría aclararme muchas dudas.

Sinceramente, no me daba buena espina aquella chica, no la veía mala, pero tampoco normal. Tal vez sería que era demasiado abierta a las personas y yo, por el contrario, era demasiado tímida, por lo tanto su actitud llegaba a intimidarme.

Aun así, decidí hacer alguna pregunta, sobre aquello de los fherals, quería preguntarle también si conocía bien el lugar, tal vez pudiera ayudarme a encontrar a Chris. Pero tampoco quería ser molestia, y como también me daba verguenza me pensé las preguntas unos minutos antes de formularlas.

Pero cuando estaba a punto de empezar a preguntar, se escuchó en el lugar un tremendo golpe y cayó a nuestro lado una chica, asustada y aparentemente herida, habría sido por la caída.

No me asusté tanto como hubiera sido normal, seguro que Emie sí, pues ella creía en la loca aquella que a mi me sonaba a chiste, pero no le ví el rostro, me quedé mirando a la chica que aun estaba en el suelo tras el golpe, con sorpresa, y un paso atras de la posición que tenía antes.

Perdonar si os he asustado, pero es que... tropecé. No pude evitar que se me escapara una triste sonrisa.

-¿Estás bien?-Le pregunté en un susurro, tímida, y esque me dí cuenta de que sangraba una de sus mejillas.

No me acerqué a ella, por tímidez, aunque por educación, sentí la necesidad de presentarme, pero aquello se me estaba haciendo algo agobiante, me sentía mal entre tantas personas desconocidas, y cada vez me sentía más avergonzada, por el simple hecho de ser yo.

Intenté quedarme en un segundo plano, aunque, ¿Quién podía hacerlo en un sitio como ese?

Spoiler:

Solté una carcajada ante la explicación de Emie, hablandome de aquella "loca". Bueno, no parecía estar mintiendo, por muy extraño que sonara.

Miré a las dos chicas.

-Oye...¿Sabeis donde puedo encontrar algo de comer?-Y esque lo cierto es que me moría de hambre, llevaba un par de días sin comer y ya me hablaba el estómago.

-Estoy buscando a un chico...-Dije en un susurro -Y la verdad es que no estoy acostumbrada a andar sola por aqui-Dije intentando explicar mi confusión.

Y es que estaba bastante preocupada, había estado acostumbrada a ayudarme siempre de alguien, y ahora no sabía de donde sacar comida, pues no tenía yo ese valor de buscar en cualquier sitio sin entrar acojonada por si me encontraba con un zombie de esos, no sabía donde meterme a dormir, por miedo, y lo cierto es que no creo que pudiera dormir.

Mire a Emie con una tímida sonrisa, esperando que ella, que por lo visto llevaba mucho tiempo aqui, me pudiera explicar como se alimentaba.

Pensé en preguntarle cómo había sobrevivido tanto tiempo en aquel lugar, pero claro, ya ví aquella katana, yo también habría sobrevivido con aquello.