Esto no es un cuento de hadas (Scarlet + libre)

por **Emie Lemacks** Mar Jun 22, 2010 3:50 pm

Me paré en seco en aquella pequeña plaza, en frente mía había lo que parecía un teatro... pero claro, semidestruído. De una fuente salía agua y era algo curioso y extraño principalmente por el hecho de que dudaba que por allí aquellos sistemas continuasen funcionando ya que no había electricidad ni nada por el estilo. Me acerqué unos pasos a la fuente y saqué mi potabilizadora de la mochila, menos mal que había conseguido aquello o no tendría futuro.. no, no lo tendría, me habría muerto de la sed hacía mucho.

Le di un refrescante trago y feliz de nuevo me acerqué hacia el teatro. ¿Era posible que allí hubiese algo de interés? No estaba muy segura de ello pero nunca se pierde nada por intentarlo. Bueno, perdona, en este caso sí que se pierde... era capaz de arriesgar la cabeza incluso. Aunque de todas formas aquel sitio era asqueroso y espantoso y tenía ganas de salir de allí pero eso de morir como que mucha gracia no me hacía. Saqué la pistola del bolsillo y avancé con ella hacia adelante, temiendo que se me acercase algún bicho de aquellos.

Tras darle una patada a la puerta del teatro con fuerza conseguí entrar en él y andar por aquel lugar con una gran preocupación asolándome. ¿Era capaz de morir aquel día? Sí, era capaz pero no pensaba hacerlo, no, mi vida continuaría adelante estuviese en aquel mierda mundo, fuera o en el mundo de las maravillas. Exacto, no pensaba rendirme ni hoy ni nunca.

por **Scarlet Greyback** Mar Jun 22, 2010 5:12 pm

-¿Verdad que sí, Scarie? -Amanda, quién estaba sentada junto a Scar -o Scarie, como ella la llamaba-, en lo que una vez fueron los asientos de un agraciado teatro ahora derruido, se restregó contra su costado como si fuera un gatito mimoso, riendo tontamente. Locamente, porque eso era lo que estaba, ¿no? loca. Scarlet suspiró. Conocía a Amanda desde hacía ya años, y encontraba extrañamente reconfortante la compañía de esta. Tal vez por que su constante estado infantil le hacía pensar en cosas fuera de lo normal. Como imaginarse que en frente de ella había una chica llamada Sophie. Por ejemplo.

-Deberías preguntarselo a Sophie -contestó con una ceja enarcada -Mi respuesta podría generar cierta discrepancia. Ella siempre tiene la respuesta,¿no?

-Por supuesto, por supuesto -sonrió y se puso en pie -Sophie, Sophie. ¿Quién es la más bella de este mundo de ensueño? -esperó expectante, como si alguien le estuviera susurrando algo en su oído. Entonces abrió los ojos como platos, y su boca formó una "O" perfecta. Gimió satisfecha llevandose ambas manos al corazón, suspirando -¡Me lo ha dicho, me lo ha dicho! yo soy la más hermosa -se llevó las pálidas manos a su cabello, sacudiéndoselo.
Scarlet esbozó una media sonrisa, al mismo tiempo que enarcaba una ceja. Equívocamente, Amanda no era ni mucho menos la mujer más guapa. Su pelo rubio y lacio caía flacio sobre su espalda, y su pálido rostro era de un blanco enfermizo.

En ese momento a Scar le pareció escuchar algo, algo provinente del exterior. Frunció el ceño, puesto que no estaba segura de haber oído algo. Como para estar seguros con Amanda despoticando y danzando de un lado para otro con su querida e inexistente Sophie. Entonces la puerta se vino abajo de una patada, levantando polvo. Scarlet entrecerró los ojos para poder ver entre el leve polvo que se había levantado, hasta que vio a una mujer de ojos claros. Con una pistola en la mano. Por las pintas que tenía, era una de los Recién Llegados, así que no se preocupó.

-Mira, Amanda. Esa chica es considerablemente más guapa que tú -dijo con intención de molestarla, recostándose en la piedra que tenía detrás a modo de respaldo. Por toda respuesta, Amanda entrecerró los ojos escrutando a la joven, y se acercó a ella con una sonrisa burlona.

-Ooooh -juntó las manos, llevandoselas a la mejilla -Tenemos una... invitada -rió tontamente -Y me ha destrozado la puerta de mi casa-pasó todo el peso de su cabeza al otro lado, haciendo que casi tocase el hombro izquierdo, mirandola hostilmente de repente, pasandose la lengua por los labios.

por **Nanako Kozlova** Mar Jun 22, 2010 5:56 pm

Tardaba, si tardaba mucho era mi estado de paranoía que tenía encima. Es que este lugar era muy peligroso y me temía que Emie una de las pocas chicas que había tenído tanto contacto y con Cris. Se había ido a explorar un poco y este lugar no lo tenía muy visto, mientras que yo exploraba otro lugar. El caso es que qeudamos en un lugar y ya estaba tardando. Pero no teníamos hora bueno, solo aquellos reloj viejos que no daban la hora exacta pero igualmente había pasado bastante tiempo.

Camine por la direción donde se fue, en princio no sabía a donde coger pero un sonido, más bien el de una madera chocar contra algo me llamo la atención. Sí, al parecer provenía de aquel lugar. No sabía que había por lo que me aventure algo despacio y totalmente en sigilo por si pasaba algo.

Me quede parada en la entrata y ver aquel lugar, era un teatro bueno parecia serlo. La puerta estaba rota y seguramente fue lo que había oido cuando estaba atrás de este lugar. Suspire y me adentre al lugar. No sabía si gritar el nombre de Emie porque no sabía con seguridad si había bichos. Pero por lo pronto no parecia. Y dudo que la puerta se haya roto tan limpiamente para que fuera derribada por unos de esos bichos.

Arrugue la frente y me adentre en aquel espacio oscuro, cogiendo mi katana en mi mano derecha y estar totalmente alerta y con mis ojos abiertos. Tal vez encontrará algo en este lugar y esperaba que así lo fuera.

-¿Hola? ¿Emie? -Dije lo más bajo que pude para no levantar la voz pero el eco qeu había en este lugar se encargo de repetirlo -

por **Emie Lemacks** Mar Jun 22, 2010 6:07 pm

Escuchaba jaleo, las voces de unas personas... ¿eran dos? Sí, y parecían ser femeninas. Entonces... no había por qué preocuparse, ¿No? Eso esperaba, a no ser que fuesen uno de esos locos que van matando a todo el que encuentran en su camino. Apreté con fuerza la pistola por si las moscas y miré hacia ambos lados, con ella siempre delante de mi cuerpo, por si encontraba a alguien o algo.

Una tía se plantó de repente delante mía, haciéndome dar un salto hacia atrás asustada. ¿Pero qué narices? ¿Qué estaba diciendo? Ni idea, pero me daba miedo... No tenía ningún acento en especial y parecía que sus ropas no eran de mi época así que, no, no era ninguna recién llegada para nada... era una persona que se había tirado toda su vida en aquel lugar. Apreté los dientes todavía asustada hasta que comenzó a hablar con un tono bastante alocado.

-Ehh... uh... yo, lo siento, no sabía que era tu casa... -Susurré preocupada por si aquello no tenía arreglo y la chica tenía que fastidiarse con zombies de aquellos invadiendo su estancia o lo que decía que era su casa. Me puse de puntillas mirando por encima de su hombro en busca de la otra fuente de aquella voz justo cuando esuché mi nombre pronunciado por una voz conocida, ¿Nana?

Abrí mucho los ojos y me giré en su dirección, ¿Qué hacía ella allí? Miré mi reloj... todavía no era la hora. ¿Se habría atrasado o algo por el estilo? Era posible.

por **Scarlet Greyback** Miér Jun 23, 2010 12:19 am

Scarlet se puso en pie, y miró a la recién llegada. La miró fijamente, sin amabilidad en el rostro, simplemente la examinaba de arriba a bajo. Era casi de su estatura, pero a diferencia de Scar, ella no estaba bien curtida ni era esbelta. De hecho, parecía una muñequita inocente y delicada con el pelo revuelto. Diantres, era una niña. No debía de llegar ni siquiera a la mayoría de edad. Si no fuera por la pistola que portaba, podrían sacudírsela simplemente soplando.

-¿Debo de dar por supuesto que te pateas las afueras derribando puertas a patadas y portando una pistola? -Scarlet enarcó una ceja, y hubiera vuelto a hablar si no fuera porque Amanda parecía a punto de estallar. Su rostro se había puesto rojo, y la miraba fijamente, inmóvil. Parecía que en cualquier momento iba a lanzársele a la chiquilla a la jugular, para arrancarle la piel a mordiscos y después hacerse unos zapatos nuevos con ella. Sin embargo, su reacción fue tan desconcertante como inesperada.

-No lo sabía, no lo sabía -la imitó burlonamente y después se dejó caer al suelo y rompió a llorar como una niña pequeña, tirándose fuertemente del pelo -Vais destrozando lo que no es vuestro, ¡y campais por aquí a vuestras achas, como si fuera vuestra casa! -matizó la última frase -Los fherals deberían arrancaros la piel a tiras y poner vuestros lastímeros restos en la entrada de sus cavernícolas cuevas, y tú la primera, so garrula! -se abrazó así misma y comenzó a mecerse -Tú me entiendes, ¿Verdad, Sophie? sí... tu eres la única que me comprende... estas furcias malnacidas se creen que lo saben todo... oh, sí... si fuera como en los viejos tiempos, las azotarían hasta que gritasen como las puercas que son... o las colgarían del dedo meñique por tal... falta de respeto... furcias, furcias todas... garrulas sin sentido...

Scarlet observó el espectáculo de Amanda enarcando una ceja, viendo como se mecía abrazada a sí misma. Luego entrecerró los ojos y se volvió hacia la recién llegada.

-Espero que sepas arreglar puertas, niña. Es lo mínimo que puedes hacer -Scar se situó a la altura de Amanda, quien parecía encontrarse fuera de combate mientras que se abrazaba así misma y murmuraba cosas sin sentido, seguramente hablando con su querida e inexistente Sophie. La mujer se irguió de hombros cuando escuchó que alguen más se acercaba. Otra chica más apareció en el Teatro. Hizo una mueca de desagrado. ¿Qué era eso, una reunión?

por **Nanako Kozlova** Miér Jun 23, 2010 12:28 pm

Poco a poco pude ver aquel lugar bien, en como las paredes estaban destrozadas, bueno casi todo lo que había en este lugar estaba destruzado pero este teatro parecía que había sufrido un incendio. Nunca antes había entrado aquí además el cementerio que solo vi de lejos no esta muy lejos el cual tampoco había pisado. Suspire mirando todo y estando a lerta por si venía algun bicho.

Camine más a su interior hasta escuchar unas voces. Pero no pude distinguir la voz de Emie, no se si había llegado algo tarde pero se que pille hablando otra voz desconocida la cual hacia una pregunta, sin embargo parecía no ser la única en el lugar porque se escuchaba otra voz y esta carecia de sentido en algunas cosas. ¿Cómo puede decir eso estando en la misma situación que todos? me pregunte a mi misma porque al igual que cualquier otra persona ella podía coger el reiesgo de ser comida para los Fherals.

Me asome un poco hasta verlas a las tres; las dos desconocidas, una de ella en el suelo y Emie de pie.
Y por lo que dijo la última chica Emie parecía ser la responsable de la puerta. Pero este lugar parecia que el techo se iba a caer en cualquier momento. Menos mal que no paso nada.

La dos mujeres tenían una pinta más extraña pero podían tener más tiempo que nosotras o no. Guarde mi esada en el cinturon de mi pantalon que llevaba porque en la mochila corria el riesgo de perderla. Pase al lado de la dos chicas hasta llegar a donde Emie.

-¡Joder Emie! ¡Me has tenído preocupada! -Le reñi- Pero me alegra que estes bien. -Dije para abrazarla unos segundos y después girarme hacia las otras dos chicas.- ¿Ella esta bien? -Pregunte refiriendome a la chica la cual hablaba como si le faltará un tornillo.-

por **Emie Lemacks** Miér Jun 23, 2010 9:09 pm

Una de las chicas, la que tenía aspecto de alocada, comenzó a montar un espectáculo delante mía insultándome y soltando cosas extrañas. Mis ojos se abrieron todo lo que pudieron, hasta el punto en el que casi se me salían de las cuencas. Pero… ¿De qué narices hablaba? Mira, que sí, que me había cargado la puerta pero… ¿Tanto por eso? Aquella no podía ser su casa ni de coña y de todas formas seguramente los Fherals entraban en ella hubiese puerta o no así que… ¿Por qué me hacía tal escándalo? Vaya… aquella chica si hubiese estado en mi mundo la habrían metido seguramente en la cárcel por escándalo público aunque bueno, allí la gente no entraba rompiendo puertas ni nada por el estilo.

Mis piernas se movieron un paso hacia atrás de manera instintiva ya que mi subconsciente temía que se lanzase sobre mi yugular para arrancármela de un bocado. ¿Tan fuertes tendría los huesos? No creo… pero vamos, que capaz de hacer aquello sí que la veía y no solo yo, sino también todo mi cuerpo.
Apreté el mando de mi katana asustada por si en algún momento llegaba a pasar lo temido y me mordí el labio, intentando encontrar las palabras más adecuadas para pronunciar en aquel momento. Sin embargo y pese a mi esfuerzo, éstas no surgieron ni cuando la otra chica, que parecía más cuerda y mayor, habló exigiéndome que arreglase aquella ruinosa puerta.

Dios… yo jamás había hecho nada de aquello… de todas formas, las paredes también estaban rotas así que no serviría de nada, sería trabajar para nada. No, espera, para nada no, para sudar y sudar y volver a sudar, un detalle sin importancia pero que no me hacía falta que pasase principalmente porque ya me encontraba lo suficientemente sucia como para espantar a cualquier persona que no estuviese en aquel asquerosísimo lugar conmigo.

Me llevé la otra mano hacia mi cabeza aturdida, intentando poder hablar de nuevo pero… ¿Qué decir? ¿Qué no podía arreglarles la puerta recién rota por mí? No, no le podía decir aquello a aquellas dos personitas que me miraban atentamente. Vale, Emie, vas a arreglar la puerta te cueste lo que te cueste.

-Yo… la arreglo aunque creo que es absurdo hacerlo… -Y en eso entró Nanako en la estancia. Sí, menos mal, me había librado de aquella… o mejor dicho, había involucrado a Nanako en aquella mierda. ¡Joder! ¡Qué mal! ¿Y ahora qué? ¡¿Le tiraba de los pelos y salía corriendo con ella arrastras?! No, no, eso mejor que no lo hiciese porque era capaz de arrancarle media cabellera.

-Eh… Naaanaa… vienes… ¿En el mejor momento? Sí, eso, si cambias la palabra mejor por su antónima –Sonreí con nerviosismo acercándome unos pasos a ella. Esperaba que aquello de sinónimos y antónimos no se diese en el colegio de aquellas dos tías y que no se enterasen porque eran capaces de lanzarme un cuchillo a la jeta o algo así.

por **Scarlet Greyback** Vie Jun 25, 2010 3:04 pm

Scarlet suspiró al ver a Amanda en el suelo mecíendose y abrazada así misma mientras que susurraba cosas sin sentido. Parecía mentira que solo fuera un año más joven que ella. Siempre se había preguntado qué habría pasado exactamente para que perdiera la cordura de aquella manera. El incendio podría ser haber sido un indicio para ello, pero... ¿aquel grado de locura por simplemente eso? aunque tal vez siempre hubiera estado loca. Quizás una vez ella fue de los Otros, y perdió la cordura en este lugar... pero comenzaba a pensar que saber realmente lo que le había pasado sería prácticamente imposible. Aiempre que trataba de tocar el tema, cambiaba abruptamente de tema. Recordó aquella última vez.

-Amanda, ¿qué pasó para que quedaras tan desequilibrada? -vale, su punto fuerte no era precisamente la delicadeza.

-¡AAAAAAAAAAAH! ¡UN FHERAL VOLANDO! ji ji ji.

No tuvo muchos resultados, como podeis comprobar. Cuando la primera chica que entró dijo que no le veía sentido arreglar la puerta, Scarlet enarcó una ceja. Ciertamente, a ella no le importaba. Pero Amanda era otra cosa. Se había apoderado del Teatro convirtiendolo en su casa, si es que antes del accidente no era también la dueña. Quién sabía.
En ese momento, Amanda alzó la cabeza tan de golpe que casi se le disloca, y la miró con los ojos rojos por la irritación.

-¿Absurdo? no no no no no -negó con la cabeza frenéticamente y se tiró de los pelos, mientras pataleaba en el suelo -¡Es mi casa! arreglala, arreglala, arreglala, arreglala, ¡ARREGLALA! - repitió incontables veces.

Scarlet frunció el ceño por el berrinche de Amanda, y luego miró a la chica que acababa de entrar en el Teatro. Al parecer, era amiga de la otra.

-¿A tí te aprece que esté bien? -preguntó secamente señalando a amanda con la cabeza -No es muy inteligente por vuestra parte entrar aquí. Es su territorio. -dijo refiriendose a Amanda -Si quereis sobrevivir por aquí, será mejor que respeteis ciertas normas de convivencia. Las cosas aquí funcionan así. Ahora no estais en vuestra casa, ni en vuestro mundo. -se la veía notoriamente disgustada.

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