Allí donde el fuego consumió el canto... [Gabrielle, Alexander, Axel y Cristhel]

Off rol: Axel y Cristhel, deberéis esperaros a que os indique vuestra entrada en escena.

Aquel fheral se había adentrado en el sistema de alcantarillado de la ciudad. El interior estaba descompuesto, mohoso y, en partes, derruido. Lleváis andando casi una hora por esos conductos de unos dos metros de diámetro, así que prácticamente tenéis que andar por el hilo de agua que corre por el centro de aquellos enormes tubos. El fheral parece perfectamente hacia dónde debe ir, lleva un ritmo uniforme y nunca se para a pensar el camino. Aquel ser no se inmuta por nada, mira al frente, pero sabe perfectamente dónde colocar sus pies. De vez en cuando una de las ratas pasa a su lado, incluso rozándole, pero él sigue impasible.

Algunas de las salidas de aquel entramado están bloqueadas por los cascotes caídos de algunos derruidos muros, otras por un oxidado enrejado de hierro, mientras que otros pasadizos se encuentran en perfecto estado, sin vegetación creciendo en sus paredes. Toda la luz proviene de los agujeros producidos en el asfalto, al nivel de la calle, así que ver no es precisamente fácil. Más os vale haber traído una linterna.

En cuanto a vosotros, el cansancio ya debe de haber hecho mella en vuestra resistencia, teniendo en cuenta lo abrupto del terreno y la humedad que debe corroer vuestros pies. Deberías estar deseando llegar e, incluso, haber barajado la posibilidad de abandonar, de no ser porque no tenéis ni la más remota idea de dónde os encontráis.

Con Gabrielle maniatada y conducida por mi, nos dedicamos a dar un paseito nocturno con el zombi ese. Me dolía todo el cuerpo de la pelea y de lo último que tenía ganas era de caminar, pero joder, si un fheral con los ojos negros y que te dice que le sigas, ¿que haces? Pues eso, que del puro acojone le estaba siguiendo hasta donde me quisiera llegar, si el fheral se tiraba desde un puento nosotros iriámos detras, rubia psicópata incluida quisiera o no, si el bicho se iba a tomar un cubata en una terraza, nosotros iriámos detrás y pediriámos lo mismo, aunque dudaba que nuestro compañero se decantara por la última opción.

Vale, de lujo, ahora nos tocaba arrastrarnos por las cloacas repletas de mierda y ratas. Fue entrar en el tunel y pararme unos segundos para habituar la vista a la casi total oscuridad. Puse a Gabrielle delante mio y le quité el nudo de la cuerda pues en ese terreno accidentado y sin visibilidad no podía llevarla arrastrando como había hecho antes. Le dije:

- Si intentas escapar te ofreceré como sacrificio humano a nuestro amiguito.- lo dije totalmente serio, a la espera de que el carácter indómito de la muchacha pasara por el aro esta vez.- Venga camina

No podía fiarme de ella pero si se escapaba solo le quedaban los túneles laterales o seguir a nuestro guía, pues yo iba detras de ella cubriendo la retirada. Esperaba que no le diera por hacer ninguna locura, que fe tengo ¿eh? Aun creo en la raza humana aunque Gabrielle no fuera del todo humana y tuviera su mitad demonio. Tropecé con un adoquín caido en el suelo:

- ¡Ay! Mierda, ¿Nos vas a tener mucho tiempo caminando?- le dije al bicho que no me respondería, joder, ya estaba harto de caminar para acabar en una puñetera alcantarilla. Resoplé y me dediqué a prestar atenció al suelo.

Arrrgh. Ya no sé ni por donde me lleva. Duele, cada paso que doy duele. Y por eso he decidido refugiarme en otro plano. Vale, que no sirve de nada, pero si te entretienes pensando en otras cosas tal vez se te pasa. Intenté respirar tranquilamente. ¡¿Cómo coño voy a respirar tranquilamente?! Estamos siguiendo a un puto zombie, que además, seguramente no estará en todas su condiciones, porque lo más normal en un zombie es que quiera matarnos, y este solo quiere guiarnos. Vale, ya tenemos a un zmombie pirado. Ahora me queda mi acompañante, que está aún más pirado. Primero quiere que haga una buena obra. Después derrama alcohol, como si sobrara. Luego se dedica a romperme la mandíbula, y por último me ata para arrastrarme detrás del zombie pirado. Más y más locos. Bueno, me abstengo de comentar que yo me he comportado como una auténtica psicópata, que eso nunca queda bien en los pensamientos de uno.

Así que aquí me tenéis, haciendo la gilipollas detrás del puto tío este. Alexander, creo. Menuda mierda haberme topado con él. Además, tengo las manos atadas a la espalda. ¿Lo véis normal? ¡Porque yo no! Joder, joder, joder. Me voy a volver loca.
¡Esperad, esperad! ¿Que vamos a hacer qué? ¿Cloacas? Ni de coña, amigo. No, no hasta aquí hemos llegado, joder. Intenté resistirme de nuevo, clavando los pies en el suelo. Dolor. Mierda, dolor. Además, este tío estaba mucho más fuerte que yo, y, tristemente, mi destino era seguirle, sí o sí. Oh. Mierda. Me dejé llevar, como una muñequita de trapo, demasiado cansada como para seguir andando por mi cuenta. ¡Oscuridad! Arrrggh. Bueno, ya, ¿qué me esperaba? Además, tengo un poco de aprensión a los sitios cerrados. Esto va a ser la ostia. Cerré los ojos momentáneamente. ¿Qué mas daba? Veo lo mismo, verdaderamente. Y, aún así, por puro instinto, los ovlví a abrir. Conseguí distinguir una sombra ante mí. La del zombie, seguramente. ¿Y dónde está el otro? El gilipollas del tres al cuarto este. ¡Aaaaah! ¡Esta detrás mía! Mierda, detrás mía. ¿Pero qué hace? ¿Me está desatando? No será verdad... No me lo puedo creer, esto es genial. Bueno, todo lo genial que puede ser una situación como esta.

Aggh. ¿Cómo no? No le ha faltado la amenaza. ¡Qué putada! Pero... creo que le tengo más miedo al bichejo ese que a Alexander, así que me voy a mantener quietecita... Al menos unos instantes. Caminé lentamente, demasiado insegura como para saber que hacer. Menos mal que me puse a tiempo en camino, sino, el tío este hubiese chocado contra mí, y nos veía a los dos en el suelo. Bueno, vale, que ver no veo nada, pero en fin. Fruncí el ceño. ¡Já! A tropezado con algo. ¡Qué se joda!
-Todo esto es culpa tuya.- musité, con voz ahogada y preocupada. Este no sabe lo que ha echo. Y ahora, va y le habla al zombie. Está completamente pirado.

Me paré, y me dí la vuelta. No veía nada, por lo que lo único que podía hacer era o seguir hacia delante, o retroceder. Y, delante, no me esperaba nada agradable. Esperé, pacientemente, algo impropio de mí, a notar que el cuerpo del tío este se encontrase cerca mía. En cuanto lo supe, volví a ponerme en tensión. No sé muy bien de donde he sacado las fuerza spara levantar la pierna con tanto ímpetu. Lo que sí sé es que he lanzado un buen rodillazo, a lo que intentaban ser sus partes "nobles". Pero no sé muy bien a donde ha ido a parar, ya uqe ver, no veo tres en un burro.

[Como máster]

El fheral aún prosiguió su camino por unos cuantos minutos más. Todo parecía igual, monótono, tanto que incluso podríais pensar que estabais andando en círculos. El agua comienza poco a poco a ser más profunda, hasta que casi roza vuestras rodillas. Es más difícil caminar y el suelo está sembrado de trozos grandes de piedra tallada en cubos, que se han desprendido de paredes y techo, dejando al descubierto la tierra que había detrás de ellos. Por algunos de esos vanos, incluso se puede ver alguna estancia vacía o un conducto paralelo en el que, por el suelo, discurre las vías de un tren.

Al fin, tras ese largo y tortuoso trayecto, el fheral llega a una puerta de metal cerrada. Parece muy resistente, pero el animal se para a su lado, erguido en toda su longitud y casi pegado al marco. Al parecer espera que abráis, pero para eso tenéis que acercaros y poneros peligrosamente cerca suya.

Dios, aquella pequeña fuente de problemas me había hecho hincar la rodilla en el suelo... de nuevo. ¿Hace falta que me recreé en el dolor en mi entrepierna? El caso es que Gabrielle no se daba por vencida, lo que era de admirar, pero espera, ¿Gabrielle admirable? Que la admirara su padre,suficiente tenía yo con lo mío que era seguir a un zombi a través de las alcantarillas de aquella ciudad. En tanto que Gabrielle me daba el rodillazo el monstruo implacable seguía con su ritmo constante y agotador. Y ahora si que era mucho más complicado avanzar, pues lo que antes apenas era un hilillo de agua, ahora era un río que nos llegaba a las rodillas. Caminando en un mar de aguas fecales... si algún día cantaban mis hazañas, que omitieran esta parte por favor.

En fin, en pos de recuperar la distancia perdida con el bicho aparté con un mínimo de respeto a Gabrielle y me puse yo delante. No hice nada en acto de venganza, sino sería el cuento de nunca acabar y casi prefería antes perder de vista a Gabrielle antes que al zombi de los ojos negros. Intenté acelerar el ritmo para alcanzar el bicho, pero entre que iba doblado por el rodillazo y el cansancio, es que en cualquier momento se me iba a acabar subiendo el gemelo y todo. Tropecé por enésima vez con alguna piedra sumergida y sin querer o gracias al subconsciente salpiqué agua con esencia de mierda en dirección hacia atras, a Gabrielle.

Tras un camino con numerosos incidentes en forma de tropezones, resbalones y cosas por el estilo. Finalmente el bicho se paró delante de nosotros, apenas pude distinguir su silueta ahora inmovil en lo que parecía un callejón sin salida. No, había algo rectangular en la pared, una... ¿puerta? ¿A que estaba esperando el bicho para cruzarla? Mierda... no me puede pasar esto a mi, o sea, con una rubía psicópata y loca detras y un supermonstruo cánibal delante. Desde solo tenía una opción, no sabía el camino de vuelta por lo que solo podía atravesar el portón ese metálico. Mirálo por el lado bueno, siempre me podía despedir del bicho con un par de besos, distancia con él no me iba a sobrar.

- Yo voy a atravesar esa puerta, tu haz lo que te de la gana.- le dije a Gabrielle con tono cansado.

Mirando hacía el lado opuesto del monstruo mientras me acercaba. El olor nauseabundo del monstruo se hacía más intenso con cada pasito. "Joder, no le mires, no le mires, no le mires...", iba recitando esa letanía en mi cabeza mientras mi mirada tan solo se mantenía fija en el pomo de la puerta. Mares de sudor me corrían por la piel, bueno, ya apestaba a cloaca, un poco peste más no se notaría. Con la cara torcida, a la espera de un golpe de gracia por parte del bicho, giré la manija y la puerta se abrió con un chirrido de bisagras. Crucé el umbral titubeante...

Dios, le he dado. Por suerte, nunca llegaré a comprender el dolor que se siente cuando te hacen eso. Al parecer, duele bastante. Baaah, que sea todo un machote y lo aguante, como todo lo demás. Aaay, por Dios, con lo bien que ha aguantado lo del río, mi cambio de humor, mis arañzos, mi botellazo... Pues ahora que aguante el rodillazo.
Arrrggh. El agua ya me llegaba hasta los muslos. ¿Cómo he podido llegar hasta este extremo? ¡Qué ascooo, joder! Hice una mueca de odio, supongo que a todo lo que me rodeaba, pese a no ver muy bien.
En plena mueca, algo pasó a mi lado, apartándome. ¡¿No será verdad?! Joder, por fin se ha dado por vencido. ¡Podré salir de aquí! Lo estoy desenado, de verdad. ¡Me ha salpicado! Cabrón de mierda. ¿Es qu eno ha tenido suficiente con que lo castre y quiere más? En fin, voy a salir de aquí lo ante sposible.

Dí un paso en la dirección contraria por la que, durante tanto tiempo, nos había guiado el zombie. Y sin embargo... ¿Voy a dejar a aquél tío solo? Sí, ¿por qué no? Él se lo ha buscado. Ejeeeem... Bueno, mirándolo desde otro punto de vista, he sido yo la cabrona. Joder, joder, joder. ¿Cómo he podido llegar a límites tan altos de hipocresía? Supongo que para él esto tampoco es un cuento de hadas. Y voy yo y le tiro al río, me lanzo contra él como una posesa y le pego un rodillazo en la entrepierna. Y yo, que en la tierra no solía dejarme inmutar por nada. Y aquí estoy hecha toda una perra. Cerré los ojos con fuerza. Hace un rato que había dejado de dar pasos en la dirección contraria. ¿Cómo he podido ser tan jodida? Ya no recuerdo muy bien mi actitud en el otro mundo, tan lejano. Pero supongo que esto no está bien. ¡Joder, se supone que aquí tengo que preocuparme solo por mi supervivencia! Pues nada, si es que a veces soy demasiado buena (?.

Me volví a girar, hacia un sufrimiento seguro. Joder, ¿qué coño estoy haciendo? Esto serán los putos efectos de no beber alcohol ni tomar droga. Dí un paso, dos, tres, en dirección hacia Alexander. Lo que estoy haciendo no tiene sentido, cojones. Toda yo no tengo sentido. Bueno, no tengo sentido desde hace mucho tiempo, desde mucho antes de llegar aquí, pero en fin, aquí estoy, vivita y coleando. Escondí la cara entre el pelo, mientras me acercaba más y más. Al llegar a unos metros de distancia, me detuve. No era por él, claro está. Era por el zombie. No, a esa cosa yo no me acerco más. No voy a reconocerlo exteriormente, ya hago mucho reconociéndolo interiormente, pero tengo miedo. Y eso no es algo normal en mí. Bueno, este sitio me ha transtornado bastante, así que dudo que ya halla algo normal en mí. ¡Es más! ¡Nada de lo que estoy haciendo es normal en mí!

Ni siquiera le hice caso a su voz cansada. Ya no me acuerdo ni de lo que decía. Todos mis sentidos estaban centrados en el zombie. En otro momento, tal vez me hubiese acercado a Alex... Mierda, ¿desde cuando pienso en él como Alex? En fin, traumatismos a parte, me habría acercado a él, y le habría susurrado un "Buh". Ahora no estoy de humor, más que nada porque yo tampoco lo estoy pasando del todo bien. Si es que.. Desde luego.

[Como máster]

Al abrir la puerta se descubre un largo pasillo. El suelo es de madera y las paredes, con altos rodapiés del mismo material, presentan un triste aspecto con su pintura descolorida y desconchada. El techo no es contínuo, está caído en partes, por donde se filtra la luz exterior de manera muy difusa, que debe venir desde bastante lejos,la cual contrasta con la luz anaranjada que procede de las lámparas de pared a lo largo de todo el recorrido que, misteriosamente, funcionan perfectamente. A ambos lados del corredor se abren una serie de puertas, algunas de ellas cerradas y, las que están abiertas, dan paso a habitaciones semiderruidas y en muy mal estado.

El fheral os sigue entrando, sin cerrar la puerta tras de sí. Al llegar al final del pasillo, hay unas escaleras a vuestra derecha, también de madera, pero algo roídas, que llevan a un piso superior, aunque igual de poco iluminado que éste. Pero el fheral parece que tiene otras intenciones. Justo en frente del pasillo, frente a vosotros, hay una puerta, al parecer igual que las demás, pero con cerradura. El animal se para de nuevo a su lado.

"Sigo vivo, he cruzado la puerta y sigo respirando" un pensamiento que me animó a seguir avanzando por ese estrecho corredor. Sin embargo lo que me reventaba era el hecho de que aún no habiámos llegado a nuestro destino, un pasillo nunca puede ser un destino. No había más opción que continuar hasta el final del pasillo. Unos siniestros crujidos en el suelo con cada paso acompañaban cada uno de mis pasos... y tambien los de Gabrielle como pude constatar cuando giré la cabeza. ¿Qué coño hacía esa muchacha conmigo todavía? Me costaba creer que lo suyo había sido amor a primer puñetazo. Decididamente lo suyo era por dar por culo, no había otra explicación.

A medida que avanzábamos por el pasillo, iba mirando de pasada en las habitaciones vacías en busca de algo que pudiera explicar nuestra presencia allí pero lo único que veía eran habitaciones semidestruidas, trozos de antiguos muebles y suciedad, mucha suciedad. En fin, no quedaba más remedio que avanzar hasta que el bicho que nos seguía sin hacer ruido, le diera por indicarnos algo mas concreto. Maldito zombi, con lo fácil que era decir vamos a tal sitio, no, mejor vamos a ponerle más dramatismo al asunto y que Alex me tenga que seguir por las cloacas. Y a la par que el bicho estaba Gabrielle, pffffff, sin comentarios.

Me detuve delante de la puerta del final, dudando si subir por las escaleras o abrir la puerta. El bicho me dió la solución al pararse a mi lado, junto a la puerta. Joder, otra vez esa peste a rata muerta en la nariz, solo que esta vez al estar Gabrielle tambien cerca dudaba si la fuente del olor era la rubia o el blanquito. Giré el pomo y abrí la puerta... no, eso es lo que debería haber sido, giré el pomo y la puta puerta no se abrió, cerrada con llave y apostaba a que el zombi quería que buscáramos la llave. Pues el bicho se iba a comer una mierda, esa puerta se iba a abrir como que yo me llamo Alex. Le di una patada al lado del pomo y la madera podrida de la puerta crujió pero no se abrió, tal vez lo que crujió fue mi tobillo porque me empezó a doler del golpe.

- Mierda.- maldije por lo bajo.

Esta vez la patada fue contra la otra pierna y la madera crujió de nuevo pero no se abrió. Segunda pierna dolorida. Si es que joder, esto solo me pasaba a mi.

Avanzó. O sí, el tío avanzó. ¿Qué pasa, que es todo un machote y no le tiene miedo a nada? Porque yo estoy cagadita. Además, el zombie ese de los cojones... Me da miedo. Sí, nunca lo reconoceré, pero entre que soy un poco claustrofóbica, este monstruo, y el pavor que tengo a que el machote este me vuelva a zurrar, me estoy destrozando completamente los nervios. Cada ruido hace que pegue un respingo, y no estoy para gilipolleces. Hoy no.
Y sin embargo... Lo seguí. ¿Por qué? Bueno, la primera razón y la más importante es que no pienso volver sola por aquellos lugares. Y además, llevamos a un puto zombie loco detrás. Peor claro, tampoco reconoceré nunca que no puedo valerme por mí misma, así que esa razón tampoco me vale. Creo que si alguien me pregunta porqué lo hago, mi respuesta sería un "Por que sí" puro y duro.

Me dí cuenta de como él miraba curioso al interior de todas las estancias que nos encontrábamos por el camino. Para mí, mover las mirada de mis pies era todo un reto, casi imposible. Lo único de lo que intentaba preocuparme era de no tropezar, pese a que había millares de cosas por las que preocuparse. No. Es que tengo la sensación de que en esas habitaciones hay muchos aparatos de tortura, y llegamos a la misma conclusión que antes, el miedo. Y no es algo que me guste recordar. Así que me he limitado a seguir los pasos cansados de mi acompañante. Tampoco tengo mucho ánimo, y con el aspecto que llevo... No sé yo. Calada, mandíbula descolocada, un poco de sangre y ojos tristes. Así no se puede ir por la vida, o por la no-vida o lo que coño sea esto.

Así que, sumida en mis pensamientos, choqué contra algo. ¡Coñoooo! ¡Qué dolor en la mandíbula! Alcé la vista con lentitud para encontrarme con la espaldaca del tío este. ¿Ya se ha parado? ¿A dónde hemos llegado? Me palpé la mandíbula con lentitud. Si hubiese estado en mejores condiciones, ahora toda yo sería una furia. En estas condiciones... No. Retrocedí unos pasos, lo justo para ver que el zombie se había parado ante la puerta, y no ante esas escaleras tan... Escalofriantes, dejémoslo así.

Me aparté un poco más, al parecer, el tío iba a hacer exhibición de su super-fuerza. Fruncí el ceño, mientras lo veía levantar la pierna. Joder, menuda patada, y menudo cagadón. Creo haber oído crujir algo.... Y la puerta no había sido. Me fijé en su pie. Eso tiene que doler, y más que el mío y todo. Peor ya he sentido demasiada compasión por hoy. Me dediqué a dibujar una "sonrisita", que nadie en su sano juicio llamaría sonrisita, sarcástica. Pero el tío no se rendía. Bueno, por ahora no es tan llorica como me esperaba. Levantó la otra pierna, y de nuevo a la carga. De nuevo, supuse que se hizo daño, más que nada por la expresión de dolor en su rostro. Ladeé el rostro y lo clavé en el zombie. ¿Sería verdaderamente consciente de la escena que estaba no-viviendo? ¿Tendría él la forma de entrar? Porque, si era así, este tío estaba haciendo el gilipollas. Un nuevo golpe resonó contra la puerta. Joder, ¿no se había hecho daño en los dos pies? Para mí que ahora va a tener que caminar haciendo el pino. Y, sin embargo, algo en la puerta crujió. Tal vez el mecanismo interno o... Yo que sé. Volví a tensarme, a saber que más nos espera.

-Qué machote.- musité, después de darle unas palmaditas en la espalda como recompensa por ese graaaan logro.
Con rapidez, agité la cabeza, y tras ese extraño acercamiento al tío que me había pegado, me acerqué a la puerta. Creo que estoy recuperando las ganas de ser irónica, y eso es todo un logro. Me apoyé suavemente en la puerta, y esta se abrió, haciendo chirriar las visagras. Un escalofrío recorrió mi espalda, no, ahí no voy a entrar yo sola, y menos primera. Clavé mi mirada en aquél tiarrón mientras le sugería que entrase él, que esto iba a ser divertido.

OFF- Al, ¿se tenía que hacer esto? Es que no sabía muy bien si abrir la puerta o no EDITADO =D

[Como máster]

Tras que la misteriosa puerta girase sobre esa bisagra que necesitaba ser engrasada, ante vosotros se abre un espacio otra vez algo lúgubre. Se trata de una estancia circular bastante grande, de unos 50 metros de diámetro, decorada con un estilo que presenta un buen número de elementos góticos, como arcos ciegos apuntados en las paredes o complicadas tracerías en la bóveda, aunque también haya elementos de otros estilos. Toda la estancia está tallada en roca viva y, en el centro de la estancia, hay una especie de cilindro del mismo material, muy bajo y achatado, casi que podría asegrarse que se usaba de mesa. Esa pieza central, de unos dos metros de radio, tiene labrada su cara curbada con nueve escudos: un yunque y un martillo, un niño dirigiéndose a un molino, una rosa... En el centro de aquella mesa se alza una extraña estructura. Un fino tallo de plata surge en vertical hasta, un metro y medio de altura después, dividirse en nueve ramales que acaban en nueve pequeñas manos con las palmas hacia arriba, cada una encima de un escudo. De una de esas terminaciones, de sus dedos abiertos, cuelga un cordel que termina en una extraña figura de metal.

La oscuridad presente es bastante, a pesar de que haya varias lámparas apagadas y llenas de aceite ancladas en la superficie pétrea de la mesa, y, por eso, es difícil discernir las nueve cajas de mármol en los límites de la gran sala. Son sarcófagos, con una escultura yacente en su tapa, parecen vestir armaduras y trajes antiguos, aunque no podéis estar seguros debido a la falta de luz.

El lugar está más bajo que vosotros, por lo que, para llegar al lugar, debéis bajar un buen número de peldaños, también de piedra, que os acerquen al suelo.

Spoiler:

Of-rol: lo siento por Gab, pero tenemos que continuar. Si no puede contestar hacemos que está en la escena, pero intentamos no manejarla ni nada; simplemente ella sabrá lo que ocurra.

Agggh. Nada, el machote no pasa. ¿Estará tan cagado como yo? Porque si es así, estará muuuuuuy cagado. Cerré los ojos con fuerza. Oh, Dios mío. ¿Qué voy a hacer? ¿Porqué coño tengo la intención de cruzar por esta mierda de puerta? Si yo no debería estar aquí. Además, esto parece sacado de una peli de terror. Y yo nuca he sido demasiado valiente. Tal vez sea la hora de demostrarlo... O la hora de salir pitando. Pero, por ahora, mis músculos no reaccionan. Oh, no. Paralizada, genial, me he quedado paralizada. Respiré hondo. Bueeeno, a lo mejor ha llegado mi hora. Sí, esa que llevo tanto tiempo esperando. Y ahora no me voy a echar atrás. Llamadme loca, pero no pienso hacer el ridículo delante de nadie, y menos del gilipollas ese. A lo mejor solo es una chorrada... Bueno, lo dudo.

Dí un paso adelante. La oscuridad era horrible. Y, hasta que mis ojos se acostumbraron, no pude hacer otra cosa que parpadear inconscientemente. Joder. Creo, creo que hay escalones. Hoy me mato. Si no lo hago de miedo, será porque caiga rodando por las escaleras. Cuadré la mandíbula y... avancé. Oh, sí, avancé. Si es que en el fondo soy una valiente.
Me pegué a la pared, y palpé los escalones, consiguiendo no pegarme un trompazo de primera. Y eso es todo un record, de verdad.

Fruncí el ceño. Sí, al parecer ya no hay más escalones. O, al menos, mis pies ya no notan más. Nunca he sido buena viendo en la oscuridad. Es una sala grande, con adornos y circular. Ya no sé que más deciros. Ah, sí, está formada por piedra. Bueno, esperemos que no haya peligro de derrumbe, sería una forma más de matar a la inocente Gab. Joder, podría publicar un libro. Esperé a escuchar los pasos d emi compañero. Arrgggh, verdaderamente, no sé muy bien por qué he entrado. Esto es una grandísima putada. Yo y mi sentido de la sociabilidad. Ojalá hoy no hubiese decidido pasearme por el río. Intenté que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad... En vano. Menuda puta mierda, joder.

OFF- Mierda de post En fin, Al, no pasa nada, si necesitáis manejarla adelante, pero no me la matéis por Dios =D

Gabrielle se me adelantó, cruzando el umbral de donde soló salían tinieblas y oscuridad. El contraste entre la luz del corredor y la casi total oscuridad de aquella sala me impideron ver mas allá de un metro de mí, las lámparas del pasillo iluminaban la entrada a aquel lugar revelando unos escalones en la entrada. Un puto descenso a los infiernos, me iba a salir cara la botella de agua que era lo que había desencadenado todos los sucesos posteriores. Con extrema precaución y lentitud empecé a bajar escalón a escalón, la madera había sido sustituida por una superficie más irregular y dura, piedra, marmol o algo parecido. Mientras bajaba no me permitía sentir miedo o duda, era lo único que podía hacer pues el dar media vuelta quedaba totalmente descartado.

Conforme mis ojos se acostumbraron a la falta de luz, pude empezar a distinguir siluetas y formas. Era una sala con forma de círculo grande, un lugar que en absoluto encajaba con lo que había visto de esa ciudad. Di una vuelta por el perímetro con paso lento, pasando cerca de las esculturas en piedra sobre sarcófagos. Una cripta era lo que era ese lugar, el lugar de descanso eterno de unos elegidos. Tras haber dado la vuelta mi atención se centró en la "cosa" que presidía la sala desde el centro, no distinguía lo que era así que me acerqué.

Mis pasos resonaron en la sala rompiendo el silencio sepucral que reinaba y que llevaría reinando en aquel lugar durante siglos. Había perdido la posición de Gabrielle en el recinto aunque me diera igual, más importante que esa zorra era el por qué estábamos allí, dudaba que fuera a matarnos el fheral poseido pues lo podría haber hecho en el rió... aunque quizas le iba el dramatismo. A lo mejor no éramos más que una ofrenda a los señores de la cripta que se levantarían de sus tumbas dispuestos a devorarnos. Demasiadas películas de zombis había visto yo y en todas acababa la cosa igual, el negro moría y la pareja blanca sobrevivía, joder, yo tenía que sobrevivir pues me negaba a morir en ese puto mundo dejado de la mano de dios.

La atención a la mesa de piedra finamente labrada con bajorelieves en su contorno y una especie de escultura en su centro de algo plateado que reflejaba algo de la luz proveniente de la puerta de entrada. Me llevó un par de minutos terminar de distinguir esa pieza central por completo, si bien no veía todos los bajorrelieves, lo que si me llamó a atención fue el objeto que colgaba de una de las manos, una especie de colgante con forma de rosa u otra flor. Alargué el brazo y le arrebaté a la inerte mano de plata su posesión en forma de colgante. Lo sostuve sobre mi palma esperando distinguir la razón por la que estaba colgado de su mano, dudaba que fuera un mero adorno pues en las demás manos no había nada colgando. De algún modo aquella cosa debía de ser importante.

[Como máster]

Entrada de Axel y Cris




Offrol: perdón por tardar :S de ahora en adelante no sé si me podré conectar mucho, que estoy en el pueblo. Espero volver el 20 o así.