Buscando pistas (Gabrielle + libre)

¡Qué frío que hace, por Dios! Estado de congelación: supremo. Y eso no mola. No mola nada. Estoy cansada, cansadísima de vagar sin rumbo de acá para allá, huyendo de los monstruos esos. Tengo miedo. Sí, ya lo reconozco. No puedo evitarlo. Tengo que estar siempre vigilando mi espalda, y, como comprenderéis, no tengo ojos en la nuca. Estoy cansada, y mi aspecto no puede ser más horrible, a parte de ir siempr econ los mismo asquerosos pantalones cortos. Tengo los músculos entumecidos y ya no me acuerdo de sonreir, ni siquiera irónicamente. Arrrgggh, y lo único que me queda es seguir caminando, hacia delnate y tristemente. Tengo hambre. ¿Qué puede haber por aquí para jalar? No tengo ni idea, pero lo que no pienso comer es carne de zombie.

Así que aquí estoy, caminando tristemente entre calles y callejones. Solo llevo un par de días y parece que ya lleve toda una eternidad. Ya, no me sé las calles de memoria, y tal, pero ya no quiero seguir aquí. De todas formas, tampoco estoy por la labor de volver al otro mundo, que me da una pereza flipante. Y eso me lleva a... aquí. Sí, este mismo puto punto en la ciudad. Así que no tengo la más mínima intención de moverme, lo siento mucho, la verdad.

OFF- Kiii, lo siento, hoy no estoy muy inspirada :S

Dí un respingo. Ya, inocente de mí. Había alguien. ¿Véis lo que os digo? No puedo tener ojos en la espalda, y siempre acaban sorprendiéndome. ¡Esto es un puto asco! Laaaaaralalalaaaa. Si no hubiese sufrido ya bastante, en estos instantes estaría tirándome de los pelos repetidamente. Así que, antes de acabar en el suicidio, prefiero entablar una interesante y sarcástica conversación con... ¡Anda, un chino! O japonés, o lo que coño sea eso. ¿También vienen por aquí? ¿Está todo el mundo invitado a esta gran fiesta? Me cago en la gran puta. De verdad. Y encima me ha llamado rubia. ODIO que me llamen rubia. Tengo nombre. Y un nombre preciosos, por cierto. Que ya, ya sé que esta cosa viscosa que se acerca a mí no puede saberlo, pero me da igual. Todo se reduce a que no me gusta que me llamen rubia. Así que ya hemos empezado con mal pie. Que se prepare, que voy a lanzar proyectiles a matar.

-Tú, moreno, tengo la extraña sensación de que hago la puta misma mierda que tú aquí... Joderme.- y tras esas palabras en mi carita se dibujó una sonrisita de suficiencia. No puedo evitarlo. Sin embargo, no es una sonrisa bonita. Me deforma la cara, y me hace parecer aún más triste de lo que estoy. Aí que, realmente, de sonrisa no tiene nada. Pero en fin.- ¿Crees que si yo tuviera las respuestas estaría aquí haciendo el gilipollas? Yo creo que no- añadí, como respuesta a su última pregunta. A veces la gente es muy hipócrite e imbécil. Lo melo de esto es que pierdes la calma, que no tienes al suficiente sangre fría como para afrontarlo y acabas... Pues mal. Aunque, verdaderamente, acabas mal sí o sí. ¿Habrá alguien que sobreviva más de un par de días? ¡Por supuesto! Yo voy a sobrevivir, me cueste lo que me cueste. A mí nadie me chafa, yo los cahafaré a ellos.

Ummms. Ammms, ¡Qué alarde de valentía y orgullo. Así me gusto más, verdaderamente. Sí, me sienta mejor lo del príncipe salvador que lo de la princesa en apuros Supongo que con una mentalidad positiva, se puede conseguir hasta lo más lejano. Qué en este caso se reduce a... sobrevivir.

Me inspeccionó. NO me gusta que me inspeccionen. Peor no pude hacer otra cosa que quedarme quietecita a esperar que acabase el reconocimiento médico. A saber que pasaba por su cabecita. Baaah, anda y que le den. Como si me importara lo más mínimo lo que piense la gente de mí. Lo mío es rebeldía, Oh yeah. Así que, en fin. Supongo que tendré que esperar a... ¡Ya! Ha hablado. Já, que chulito el chino de los cojones. ¿Es que nadie nunca lo ha puetso en su sitio? Pues aquí viene SuperGab al rescate.

-Nunca me enseñaron a hablar con propiedad.- mentira cochina, claro que me enseñaron. Pero las malas influencias se encargaron de refinar aún más mis modales. Ahora no se vivir sin decir un taco cada dos palabras. Seeeeh, insulto má sque hablo. Lo bueno, es que tengo cosas a las que insultar, y mi vida no ha sido de princesita de fresa.- Yo no diría amgo de muñena, "asiático", diría intento fallido, para ser más exactos.- já, otra más por la retaguardia. Mira que me gusta incordiar. Es que soy lo más mareón que puede haber, sin duda alguna. Si me das cuerda, estás perdido. Lo mejor es quedarse calladito con cara de inocente. E incluso alguna que otra sonrisita d eniña. Pero no me vaciles. No. ¿Es qué a gente no se lee las instrucciones de como controlar a Gab? Parece ser que no, y por eso andan tan perdidos. Inocentes de pacotilla, que se lo dejo todo a huevo y ni caso. Baaah.

-¿Y ahora me llamas morena? ¿Es que los ojos tan rasgados no te dejan ver o tienes pérdidas de memorias a corto plazo? Además, Ya te he dicho queeee.... No-sé-una-puta-mierda-de-este-sitio-ni-de-donde-estamos-¿Ententdido? ¿O te hago un croquis?- Baaah, ya me he cansado, que le den por donde yo me sé. Este tío me harta. Verdaderamente, ¿Tendrá pérdidas d ememoria? Porque preguntar lo mismo dos veces casi seguidas.... Yo creo que sano, lo que se dice sdano, no debe de estar.

Lo observé fríamente, reteniendo esa sonrisita engreída que suele salirme cuando sé que he ganado la partida. Hemos jugado, y va perdiendo. A perdido los nervios, y eso es malo. Muy malo para una discursión. Tienes que mantenerte con sangre fría. No dejar que tus sentimientos influyan, crear una pared de hierro alrededor de tu corazón y entonces... Comenzar a jugar. Por suerte, mi pared trabaja a tiempo completo, así que nunca me pillan desprevenida. Y el ha caido. No soy una experta, pero no suelo perded. Tal vez se deba a que no me influyan demasiado los comentarios d ela gente. No pierdo la tranquilidad, pase lo que pase. Ya he sufrido bastante como para dejarme afectar por simples gilipollas que tienen ganas de juerga y no saben controlarse. El día que me hagan daño, será el día que lleguen verdaderamente a mis sentimientos. Y por eso mi sonrrisilla salió a la luz tras escuchar la primera de sus elaboradas y pensadas frases. Me encogí d ehombres. Ya, ya sé que suelo ser una mierda. Me importa poco, lo tengo aceptado y asumido. ¡Espera, espera! ¿Ahora me dice que me prostituyo?
-¿En qué quedamos, en que soy una mierda o en que me prostituyo? Me gustaría saberlo, para ejercer mejor mi función y tal.- en mi carita se dibujó una sonrisa de ángel. Después, ladeé la carita hasta que mis ojos encontraron la esquina más cercana- Ya, ya sé que lo estás deseando, pero yo soy de las putas esas de lujo, y si no me das mucha pasta, que dudo que tangas, naa´ de naaa´. ¿Comprendes, perrito?-

Ya, sé que tengo mucha sangre fría. Sé que, o puedo hacerle reir, o puede que se me tire encima a cortarme el cuello. Me decanto más por la segunda. Verdaderamente, me da igual. Sé que aquí nadie tiene los suficientes cojones como para asesinar a alguien. Como mucho, para dejarlo al merced de los zombies. Y como mucho, digo. Así que en fin. Aquí estoy, tentada de irme a una de las esquinas para provocar más. Sé que soy un poco bruta, pero es mi forma de ser. Y a quién no le guste... Que no se acerque, porque es lo que hay. Gab pura y dura.

Fruncí el ceño cuando se hechó a reir. ¡Ya lo sabía, una de las dos opciones tenía que ser! Si es que soy de inteligente... por Dios. Pero pronto se puso serio. No me gustó nada, pero nada de nada. Puse los músculos en tensión. Y, claro está, no me equivoqué. Pero él era demasiado rápido. Su mano estalló contra mi inocente mejilla. ¡Hasta aquí hemos llegado! ¡Cabrón de mierda! Por que aquí, nadie ha dicho que yo no fuese al gimnasio ni que no supiese defensa personal. Le agarré de la muñeca con fuerza, sí, de la misma mano con la que me había pegado la bofetada. Con fiereza, me puse a su lado, pasando mi otro brazo por encima del suyo, y rodeándoselo por encima del codo. Mi mano seguía en tensión sobre su muñeca, inexorable. Ya, el un truco muy cutre, pero ahora, con un simple movimiento podría partirle el brazo. Y, sin embargo, no era esa mi objetivo, claro que no. Mi objetivo era uno mucho más doloroso... Para cualquier hombre. Presioné un poco con la mano. Haciéndole daño, no rompiéndole el brazo, claro está.

Y sin embargo, sin dudar un momento más, me desasí de él y me puse enfrente suya, muy cerca, mandando un potente rodillazo a sus... "partes nobles", digamos. Y... ¡Bingo! Sí, creo que he acertado, porque me ha dolido hasta a mí. ¡Joder! ¡Qué bruta que soy! ¡Arrrrgggh, duele!
-Chinito de los cojones, me importa una puta mierda por lo que estás pasando. Aquí se juega según mis reglas.- mi última ffrase fue un mero susurro, que desapareció rápidamente en la noche. Sigue doliendo. bueno, ya no tango, peor aún voy cojeando. Sí, me gusta el teatro.

OFF- Ki, deja que te haga algo de daño, por fis, que si no no mola :3

¿Qué coño dice? ¿Se da por vencido? Imposible, y sin embargo, tiene cara de sufrir mucho. Tal vez sea verdad, tal vez pueda bajar la guardia. Tal vez no pase nada por... por... ¿He ganado? ¡No puede ser! ¡Él tiene mucho más músculo! He de admitir que daño, lo que se dice daño, tengo que haberle echo. Porque su cara es de frustración total, mezclada con rabia y dolor. Todo eso tiene que ser un cóctel... De cojones. Buaaash, mira, que se joda, no haberme levantado la mano. ¡Por qué eso no se hace! ¡Maleducado de los cojones! Vale, se me está llendo de nuevo, como incontables veces aquí. Estoy siendo irónica conmigo misma, eso seguro que no puede se rbueno. Es más, segurísimo que es malo, pero malo malo.

Así que me relajé. Y fue mi perdición. Inocente de mí, por Dios. Su mano agarró mi tobillo, tan fuertemente con yo antes había agarrado su muñeca. ¡Esto es mi perdición! ¡Me va a partir algo, seguro! Y no me equivocaba. Su mano experta subió por mi pierna buscando la articulación. ¿Mierda, mierda, como no haga algo pronto acabo muuuuy mal! ¡Oooh, Dios mío! ¡Qué suerte! El chinito de los cojones se ha derrumbado, debido al dolor, supongo. Cerré los ojos, jadeando. ¡Menos mal! Seguro que con una pierna rota hubiese sido el postre de unos cuantos fherals. pero no pude evitar que la mano del cabrón este siguiese sobre mi tobillo. Me revolví, fueriosa, lanzando patadas a todos lados. ¡Menudo trompazo me he pegado, y qué daño me he echo! Pero bueno, mejor así que con una pata chula.

Con una mirada fulminante, intenté deshacerme de él, cual lagartija inocente. Pero no, me tenía demasiado bien agarrada. ¡Todo esto es por su culpa! Si no perdiese los nervios con tanta facilidad, no habría pasado esto. ¡Es un gilipollas del tres al cuarto.
Entre jadeos ahogados y retorcimientos(? conseguí musitar:
-Déjame, hijo de puta.-

OFF- Yaaa, pero como yo soy encantadora pues te lo pido xD Naaaah, soy una rubia a secas, no insensible xD

¡Dios, qué suerte! ¿Por qué coño se ha movido? Hoy estoy muy suertuda, decididamente. Mira, me da igual lo que pase por su cabecita, pero creo que el chino este es un pelín bipolar. Pero solo un pelín. ¡Tiene unas cosas flipantes! Aaaaaamigo. Ya sé lo que le pasaba. ¡Qué gilipollas y creído! Anda y que le den.
-Mis clientes pagan por adelantado, así que ya estás soltando la pasta.- musité, mientras me incorporaba. Ya, no dejaba de ser algo cómica la situación. Primero nos habíamos insultado verbalmente, después habíamos acabado en el suelo y ahora... No puedo evitar descojonarme. Dejé que mi pelo fuese arrastrado por la brisa mientras me levantaba completamente con un respingo. Se llevó la mano a la entrepierna. Já. ¡Que imbécil! Encima da muestras de sensibilidad ante mí. Eso no está bien. Así lo único que consigue es que me crezca más y que en mi boca se dibuje una sonrisita irónica.

-¿Ahora los sientes? Decididamente, sufres bipolaridad- ya, no pude evitarlo. Tenía que decírselo, tenía que restregarle palabra por palabra, como la buena perra que soy. ¿Aoki Kintaro? ¿Ahora se presenta! Pedazo cambios de humor- Mira, tío, te voy a decir mi nombre solo para que dejes de llamarme rubia: Gabrielle, soy Gabrielle. Sí, como el ángel- ummms. Tengo la lengua afilada, lo sé, pero es lo que me ha enseñado el entorno hostil por el que me rodeaba. Ahora, es mucho más hostil, y tengo que estar atenta a todos los movimientos. Sin embargo, estoy cansada, y mi cerebro no trabaja a toda la velocidad que debería estar trabajando.

-¿Pegar? Aah, sí. Supongo que gracias por el puto cumplido- y, ahora sí, le dediqué una sonrisita a lo "ángel-niña buena". Ya, soy bastante especial. Además, solo tengo la lengua. Fuerza bruta poco, y el tabaco y las drogas me hacen ir bastante lenta físicamente, sobre todo al correr. Y dos combates de boxeo en un mismo día no me vienen nada bien para el cuerpecito.

Fruncí el ceño. ¡Aaaah, su disfraz! ¿Es que iba vestido de preso o qué? Menudo disfraz de Halloween más poco original, de verdad. Si, claro. ¡Ostias! ¿Podría ser de verdad? No sé. Bueno, lo que sí sé es que yo fui una vez a la cárcel y no me hicieron ponerme un horrible traje de esos. Bueno, puede ser que porque solo pasé una noche, pero en fin... Sí, me detuvieron por posesión de drogas, pero no encontraron todo el cargamento, así que solo pudieron acusarme de drogata, y no de traficante. No fue una noche aburrida, eso puedo asegurároslo, pero no se me daba del todo mal defenderme del todo en aquel ambiente, ya que algunos de mis clientes más usuales se encontraban vagando por ahí, claro está, entrando y saliendo a su antojo. Así que salí demasiado pronto, por lo menos demasiado para los policías que verdaderamente me habían visto en acción pero no tenían pruebas. ¡Qué se jodan! ¡Já!

-Venga va, cállate un rato y no te chulees, que sí, que tu disfraz es muy bonito y tal, pero se te nota demasiado que estás deseando echarte encima mía. ¡Já!- espera, no, ese já debería de haber estado solo en mi cabecita, no también en mi boca. Bueno, realmente, me da igual. Ahora lo que más me importa es seguir este duelo dialéctico. Es lo más interesante y menos perjudicador que he hecho desde mi llegada. ¡Espera, espera! ¿Qué está diciendo? ¿Qué quiere dejar de vacilarme? Aaaah, no. Ahora que me estaba divirtiendo no pienso dejar que me arruine la fiesta.

-Mira, deja de llamarme pequeña, ¿está claro? Ya te he dicho que me llamo Gabrielle, así que no me calientes. Ademas... ¿Yo? ¿Dejar de joder? Sólo un imbécil se dejaría joder por unas simples palabras.- argumenté, con una sonrisa ladina, arrebatadora y divertida. Divertida por encima de todo. Verdaderamente, este chino no tiene ni idea de con quién se ha metido. Ha empezado, y, hasta que a mí no me de la gana, no vamos a terminar. Por que no, porque a mí me gusta llevar las riendas de la situación, y, ahora mismo, él y sus súplicas, están a mis pies.

OFF- se supone que te he dicho antes el nombre, pero se me ha olvidado ponerlo en verde :S Por cierto, te contesto al anterior Off, que s eme había olvidado xD Eres un perver ¬¬ Se supone que como fuma, no puede hacer muchos esfuerzos, pervertido ¬¬