Recordando... (Emie&James)

Los alimentos se estaban agotando, como parecía normal. Y además no tenía casi nada con lo que sobrevivir. Una linterna que nunca podía usar por temor a que vinieran los fherals, un saco de dormir que apenas usaba porque apenas dormía… bueno, la mochila era lo único que le hacia algo de servicio. Pero lo que le corría más prisa era la comida. Cuando se agotara las reservas que tenia ¿Qué iba a hacer? Todo estaba saqueado… No iba a encontrar comida… Necesitaba inspeccionar la ciudad, en busca de algo o alguien que no fuera un fheral. Quizás decidían ayudarla.

Mientras caminaba furtivamente por las calles de la ciudad, amarrada a mi machete, localicé una construcción grande, que me recordó a viejos tiempos. En el mundo real, cuando había ido a la universidad a estudiar… una facultad. ¿Qué hacía una facultad en un lugar como aquél? Me acerqué a ella sin pensarlo demasiado. Los recuerdos eran más poderosos que mi autocontrol.

Llegué a la puerta de la facultad y la abrí sin dificultad, con un chirrido, por lo antiguas que estaban las bisagras. Pasé al interior y observé todo con calma. No se parecía demasiado al lugar donde había estudiado, pero se podía observar que era una universidad, o que en algún momento había formado parte de una. Empecé a caminar por los pasillos. Aquí debía haber estado la recepción, y por allí se iría a las clases. Los laboratorios seguramente estarían en el sótano…

Un panel en la pared me llamó la atención, pero estaba tan lleno de polvo que apenas se leía lo que decía. Pasé la manga por encima, limpiándolo de todo lo que había encima.

FACULTAD DE MEDICINA

Así que allí era donde se encontraba. Una facultad de medicina… Bien, quizás pudiera encontrar algo en los laboratorios o clases. Aunque se veía bastante echa polvo. Y seguramente ya había estado saqueada por otra gente… pero quién sabe, quizás a alguien se le había pasado por desapercibido algo…

En aquél momento se oyó un ruido. Volví mi cabeza y empecé a notar mi adrenalina corriendo por las venas. ¿Fheral? Apreté mi mano alrededor del mango del machete. Y me di media vuelta, dejando la pared a mi espalda. Entrecerré los ojos buscando el origen del sonido, y entonces vi una sombra pasando por delante de la puerta que conduje a un pasillo. Sí, como las películas, que cuando estás en tensión una sombra recorre la puerta, como si hubiera alguien. No pude más que quedarme allí plantada, con el corazón latiéndome en las orejas y la mano empuñando el machete. ¿Me habría visto el fheral?

¿Qué podía hacer con el fheral? Estaba casi segura de que había uno rondando por los pasillos. ¿Debía salir corriendo ahora que aún parecía que no me había visto? ¿Tenía que seguir adelante y rezar por no encontrármelo por sorpresa? A ver Johanna, cálmate, respira. Intenté calmarme, respirando profundamente. Si el fheral me pillaba por el pasillo… En fin era un espacio muy estrecho, seguramente iba a morir… Lo más sensato sería huir de allí, pero… ¿Y si había algo importante en la facultad? Era un lugar muy grande, debía haber algo… Ni que fuera algún botiquín escondido, recipientes… Quizás aquí funcionaba el gas y con mecheros bunsen podía calentar la comida…

Miré a mi alrededor. Todo estaba hecho polvo, con trozos de pared y techo por el suelo, aquel lugar estaba a medio derrumbarse. Entonces tuve una idea, me agaché y cogí una piedra. Enfrentarme a un fheral en un pasillo era un suicidio… Pero si le llamaba la atención y hacía que viniera a la gran sala donde yo me encontraba… Siempre podía salir corriendo. Pero era tan peligroso… Vamos Johanna, ahora estás sola, demuéstrate que no eres una inútil. Levanté el brazo con la piedra en la mano lista para tirarla en dirección al pasillo donde había visto la sombra, pero entonces…

Algo chocó contra mi espalda y como un resorte pegue un brinco. ¡Maldita sea! ¡Ni lo había visto venir! Johanna eres tonta, tonta, tonta… ¡Ahora moriré! El corazón empezó a latirme a gran velocidad, conduciendo la adrenalina por todo mi cuerpo, mientras mi respiración se agitaba y se hacía más fuerte. Sudor frío empezó a cubrirme toda la piel. Iba a sufrir un ataque de pánico, lo preveía. Instintivamente me di la vuelta, con la piedra en alto. Sabía que no iba a sobrevivir, pero no quería morir sin haber tratado de hacer nada. ¡No quería morir!

Pero cuando me di la vuelta, no vi a un fheral. No. Aquello era una chica, una chica humana. Y llevaba una katana en la mano. Me aparté rápidamente de ella. Mirándola fijamente, con los ojos aún abiertos por el total terror que recorría mi cuerpo. Mi respiración era rápida y profunda, notaba que me faltaba el aire. Me agaché mientras tragaba saliva y seguía inspirando sonoramente, a punto de un ataque. Tiré el machete a mi lado y mi cuerpo empezó a temblar violentamente. Me abracé mientras trataba de calmarme, pero ya era tarde, las lágrimas habían empezado a brotar de mis ojos. Estaba aterrorizada.