TEMA COMÚN: Un día soleado

Los rayos de sol que se colaban por las ventanas y azotaban mi cara hicieron que me despertara de mi profundo sueño, espera...¿Rayos de sol?, en el tiempo(corto, muy corto) que llevaba en este nuevo mundo tenía asumido que no vería la luz del sol en mi vida, pero....Dios, todo era tan bonito, examiné poco apoco y minuciosamente todos los lugares del Nuevo mundo, estaba tan...lleno de vida, y si había despertado ene l mundo real?, y si todo había sido un sueño, pero no...el dolor había sido muy real...
Cuando asumí que no estaba en la Tierra me metí en una tienda y lo registre todo, al final me llevé unas cuantas cosas de comer, lo metí todo en una nevera portátil, y esta la metí dentro de una mochila de montaña que vi, también cogí una linterna, porque estaba casi seguro que volvería la oscuridad, y con ella los Ferhals...aunque no lo sabía a ciencia cierta.....
Estuve un rato caminando cuando vi un poco de ropa, limpia, claro....me miré a mi, parecía un pordiosero, rápidamente cogí unos pantalones vaqueros negros y una camiseta blanca con una estrella morada en el centro y me los puse, sustituí mis ya desgastadas deportivas por unas mucho mas nuevas(y caras,al menos eso parecía) y también unos guantes de tela fina sin dedos, con una calavera en la base, se parecían a unos que tenía, me miré al espejo, no parecía yo pero me gustaba mi imagen.....
Luego salí de la tienda y paseé por las ''nuevas'' calles de la ciudad

(Johanna y si alguien más quiere *.*)


No me lo creía. Sol. ¿Era posible en aquel lugar? Aquel texto en la pared nos había advertido del cielo gris de todos los días, pero aquello... era maravilloso. Salí a tomar el aire, dejando atrás el pequeño escondite encontrado la noche anterior, nada seguro ante del fherals. Increíble.

Me quité el jersey y me lo até en la cintura. Necesitaba ropa, no importaba si era nueva o no, pero algo diferente. Algo cómodo. Entré a un edificio en ruinas y encontré la puerta a una casa abierta. Sin pensarlo mucho, entré. Estaba todo destrozado, las mesas rotas, las sillas... pero hubo algo que llamo mi atención. Un armario. Y había ropa en él. Un milagro, algo raro en aquella ciudad, pero me alegré tanto que no pensé en nada. Encontré muchas prendas demasiado grandes para mí, pero aquellos jeans eran un regalo del cielo. Me quité la molesta falda y los leggins y cargué con ellos mientras investigaba por aquella casa. Las ventanas estaban rotas y la luz entraba por doquier.

Una habitación infantil. Llena de peluches y de mantitas de colores. Sin pensarlo mucho, me llevé conmigo la más grande y más caliente; para las noches. Sólo faltaba algo donde guardarlo y comida. Aquel día sería el mejor de mi existencia allí. El pasillo, con el techo roto, dejaba ver el piso superior, donde el estado del piso era peor que el de la planta baja. Con las manos ocupadas, entré a otra habitación. Estaba saqueada. Todas las cosas estaban por el suelo, objetos rotos, ropa y botellas vacías de agua. También había latas vacías y toallas sucias. Alguien había estado allí antes. Pero hubo algo que me llamo la atención. Aquella mochila. Una mochila, entera y con la cremallera entera. Me acerqué rápidamente y la cogí. Dejé el diario que llevaba conmigo a todas partes, la ropa y la manta y abrí la bolsa. Su color verde botella contrastaba con el amarillo de la etiqueta dónde estaba escrito el nombre: Alice. Daba igual de quien fuera, ahora era mía. La abrí y guardé la manta, la ropa y el diario. Era increíble que alguien hubiera dejado allí una mochila tan grande. Me sobraba espacio para más cosas, sin contar los bolsillos lateras. La levanté me la puse a la espalda. La cocina... era un desperdicio buscar en aquel sitio con los armarios rotos, miles de cosas por el suelo y ninguna que pudiera servir en un futuro.

El sol me impactó en la cara y vi a gente caminar hacia todos lados. Había más gente de la que yo había pensado que éramos cuatro gatos por aquí. Vi una figura conocida. La de Johanna (se supone que nos conocemos, hemos llegado a la vez a este nuevo mundo). Me acerqué a ella, pero antes, algo chocó contra mis pies. Una botella de agua. Eso era de locos. Le toqué la espalda con un dedo y le sonreí.

-Buenos días Johanna. ¿Qué tal? ¿Zapatos nuevos? -añadí con una sutil sonrisa. El sol me había alegrado lo que quedaba de día.

Para Johanna y quien quiera unirse (:

-A veces puede ser un poco frustante no poder hablar contigo, pero eres un ángel -comenté mientras cogía una patata -Y sí, había una casa saqueada y he cogidos prestados estos jeans. Lo demás era demasiado grande. Son cuy cómodos, la verdad. Las deportivas también lo parecen -sonreí y cogí otra patata.

Aquella tienda parecía salida de la nada. Podíamos ser nosotros mismos por primera vez. Parecía que los fherals tenían miedo a la luz o al buen tiempo; porque la gente parecía más relajada. No nos habíamos encontrado con mucha gente, pero todos estábamos en tensión constante.

-He encontrado agua en el suelo -anuncié -seguro que hay más botellas por aquí... como estas latas de atún -me quité la mochila y cogí las latas de atún. Estaban escondidas debajo de una capa de hojas de árboles. Había latas de todo tipo, pero las que más me atraían eran las de atún -¿Quieres unas pocas Jo? ¿O prefieres sardinas? -me reí -Nunca pensé que buscaría comida debajo de una capa de hojas secas... en Londres siempre me reñían porqué comía bastantes cosas. Mis compañeros no entendían porqué no estaba a dieta, como todos ellos. Era bailarina, por si no lo sabías. Bailarina de ballet, era y es mi vida. Sólo quiero encontrar una manera de salir de aquí... No sé nada de ti. Supongo que eres americana, no sé, tienes cara de estadounidense. Si salimos de aquí, creo que te llamaré. No hablas demasiado, pero dices más que la mayoría de personas que conozco.

Me sinceré con aquella chica, inspiraba confianza. Necesitaba desahogarme con alguien y Johanna era la más indicada. Su mirada dulce y alegre era lo que necesitaba aquel lugar.

- Puesssss...- contesté al desconocido alargando la palabra.- mis planes no llegaban más alla de esta comida. Entre zombis blanquitos y demás peligros no me ha dado tiempo para pensar en como vivir una jubilación dorada en esta mierda de vertedero.

Las opciones que presentaban ante una ciudad desconocida y desierta eran inmensas y a la vez muy reducidas. ¿Que es lo que me apetecía hacer? Tirarme en una cama y despertarme en mi mundo, en mi casa pero las posibilidades de que eso ocurriera eran las mismas que las de que un zombi me indicara el paradero del famoso portal, es decir, más bien escasas tirando a nulas.

- Una parte de mi se tiraría en un sofa con una botella de cualquier licor a dejar correr el tiempo, pero siendo práctico, tal vez deberíamos buscar un mapa, o algo que nos sea util para estas vacaciones pagadas. O mejor aún, podría emborracharme al tiempo que busco un mapa u otro documento.

Miré a los otros dos mosqueteros esperando algún tipo de idea por su parte, no tenía muchas esperanzas de Connor quien posiblemente prefiriese hacer unas tandas de flexiones para mantenerse en forma, pero sentía curiosidad por aquel pelón desconocido. Tenía pinta de asesino a sueldo ruso por lo menos, solo le faltaba hablar con acento de europa de este para acojonar a la gente con una frase... pero estaba desvariando, de cualquier manera allí estábamos los tres sin saber que hacer.

(Jo (Johanna) y lexander/Connor/Chuck. Si alguien más quiere, a lo mejor nos vamos de picnic o algo xd)

-Gracias por todo Jo -susurré mientras nos dirigíamos a la salida de la tienda -Algún día me contarás tu vida, te lo advierto -sonreí. Aquella charla me había servido para reflexionar, para darme cuenta que no era la única que lo pasaba mal. Jo, con aquella mirada dulce, tan angelical, debía estarlo pasándolo fatal. Además, al no hablar, no podía desahogarse con nadie -cuando quieras, puedes hablar conmigo, no como hago yo; pero intentaré entenderte con gesto -le sonreí y me di cuenta de su mirada. Había tres hombres en el umbral de la puerta, hablando. Para salir de la tienda debíamos pasar delante de ellos. ¿Qué podemos hacer?

Con un paso no muy decidido, me acerqué a ellos. Tres hombres mucho más altos que yo, y se les veía mayores. No mayores de viejos, deberías tener alrededor de los treinta. Miré a Jo y cogí aire. Imponían respeto, pero no conocían a la Cassie enfadada. Me tragué el miedo y saqué todo el valor que tenía en mí.

-Buenos días-saludé decida -¿Apreciando el sol de este odioso lugar?

Hablar con alguien nuevo siempre iba bien. A lo mejor nos enterábamos de alguna cosa: el portal, alguna otra salida de aquella ciudad horrible y por qué no había zombies caminando por allí.

[Nadinne]

Sí al final la chica esta viva. Bueno supongo que tenía mucha suerte pero no creo que dure más tiempo viva, de todas formas puede que la suerte le acompañe siempre.

Sonreí levemente cuando dijo sus primeras palabras.- Primero me dices que es lo normal y lo que no es. -Dije con el mismo tono de voz que ella empleo a ese primer comentario. Porque para mi lo normar y lo que no era apenas podía diferenciarlos es más en este lugar creo que esa palabra podría no existir para ellos. Esta es la única manera en la que hemos vivido y la única que conocemos.

Pero era bueno llegar a cierto punto y no tener que envejecer, porque en este lugar pasa todo menos eso. Se podría decir que teníamos la inmortalidad pero no es la palabra adecuada porque podemos morir pero no de viejo. -Aun me queda mucho por vivir. -Comente con una pequeña sonrisa y después mire a los demás y a ella.- Un consejo: Llevate todo lo que puedas y largate de aquí. -Tras decir aquello empece a andar, porque no iba a quedarme en este lugar, ya tenía todo lo que necesitaba y no iba a perder tiempo así que me puse en marcha para correr.-

[James]

Aquel chico era realmente extraño. Era raro de cojones; yo no sé cuanto tiempo llevaría aquí porque no se lo había preguntado; pero siempre parecía saber lo que iba a ocurrir después de cada momemento, como si hubiese vivido todas estas cosas muchas veces.

Me reí por su respuesta y rodé los ojos. - Verás, lo normal es un "Hola, ¿cómo va?" y lo que no es normal, es que me atrapes una red, me hagas caer de culo de ella y salgas corriendo; ni tampoco lo es que te saltes encma mío casi tirándome al suelo! -Dije entre risas. Definitivamente ninguno de nuestros encuentros había sido normal; para que engañarnos, digamos que el chico.. se salía de lo normal.

Arqueé una ceja ante su comentario. - Y a mí también, y más ahora que todo ha cambiado. -Dije con una pequeña sonrisa. ¿Cómo no iba a sobrevivir ahora? Si de pronto todo había vuelto a la normalidad, solo me quedaba encontrar el modo de volver a casa, ¿no?- Dije con una pequeña mueca en los labios. Alcé las bolsas mostrándole que ya me había encargado de coger provisiones. Pero no me dio tiempo de hablar, como de costumbre, me dejó con la palabra en la boca y comenzó a andar rápido. - Pero... ¿por qué? -Pregunté confusa. Comencé a caminar tras él, necesitaba que me diese una respuesta de qué era lo que estaba pasando.

Observa la ropa que Faith coge y esboza una sonrisilla que no deja claro absolutamente nada de lo que piensa. Ella diría que no, pero le hacía falta un cambio de look urgentemente, porque a esa falda le faltaban más trozos que a Mario setas para crecer... Las jodidas aparecían bastante poco, especialmente las de las bolas de fuego, ah, no que eso eran flores, y...

Agita la cabeza, desviándose, como ya es costumbre, del tema primordial: Observar a una chica desnuda. Y no lo hace por ser pervertido ni mucho menos, más bien por mera curiosidad, por ver si lo tiene todo tan natural como las tetas. Ya hace días que sabe perfectamente que no está en una alucinación, y quizá ese hecho sea el que le haga ser algo más... Atrevido a la hora de satisfacer sus curiosidades ajenas, que uno nunca sabe cuando puede morir. Por ello mismo, en cuanto ella entra en el probador, alza ambas cejas y abre un poco más los ojos. El primer pensamiento es el de meter la cabeza y observar directamente, pero eso implicaría una pérdida de virilidad que no cree serle para nada beneficioso...

Sin embargo... ¡Ajá, una excelente diferencia entre el suelo y el principio de la cortina!. Se agacha desde lejos, viendo los pies desnudos de la muchacha y, antes de que sea tarde, se acerca de puntillas, como evitando así hacer ruido... Y esta vez se agacha al lado de la cortina. Lentamente arrastra la cabeza, lo justo para poder ver en el espejo toda la figura reflejada. Traga saliva, porque como esperaba, lo tiene todo natural y muy bien puesto... Degsraciadamente no alcanza a ver si lo tiene todo del mismo color que el pelo, su vista no da para tanto.

Se aparta con rapidez cuando ella ya está terminando, disimulando con una perfección que ralla lo insultante y toqueteando cosas del mostrador. No necesita esperar mucho para entretenerse de nuevo con la llegada de Emie, a la que mira soberanamente "mal", si es que él puede hacer eso, ante lo de "capitán viejuno". Lo peor es que Faith también le pregunta a él...

Y menos mal que, ahora, es una idiotez, porque eso de delegar responsabilidades en su persona no es algo que le ánime, precisamente. Traga saliva y sale afuera a grandes pasos, ignorando sendas preguntas en lo que cavila... Y entonces observa a un hombre colarse en el callejón adyacente. Tabla en mano tras haberla sacado de la mochila, le sigue, a lo espía de viedojuego, observando como el tío se saca lo que es el pene y se pone a hacer sus necesidades....

Pero no es la entrepierna lo que le llama la atención, si no ese bonito machete, algo sucio pero de aspecto mortal, lo que le gusta. Así pues, y teniendo claro que o comes o te comen, se acerca despacio, de nuevo con sigilo, observando como el otro está entretenido en cantar una cancioncilla y disfrutar... Se coloca a su espalda y le da un par de toquecitos en el hombro con cara de circunstancias.

Todo sucede muy rápido: El hombre deja de mear pensando que es un compañero suyo, él cambia la cara de circunstancias a una amplia sonrisa... Y le arrea un soberano golpe con la tabla en la cabeza, por el lado más inofensivo. Tiene la suficiente fuerza como para dejarlo K.O y, una vez hecho, recoge el machete. Mira el machete, mira el tablón, mira el machete... Tira el tablón y se queda con el machete, volviendo de nuevo a la calle principal en lo que el agredido soñará con su sonrisa, eso seguro. Una vez enfrente de las dos muchachas y con el machete* a buen recaudo en su espalda, sobresaliendo la empuñadura, las responde:

-¡Hágamos un consenso.! -Es lo único que atina a decir, sentándose al instante en el suelo con las piernas cruzadas... Toca recabar información. -Faith, Emie, esto es más raro que cuando Luigi se enfadó con Mario. Ayer todo estaba hecho como unos zorros y hoy, zas, todo limpito... O los de la limpieza son muy rápidos o aquí hay algo que me huele mal, y no, no eres tú, pelirroja... ¿Qué pensáis?

Comprado ^^

Una voz me distrajo de mis pensamientos....una voz conocida, que al principio llego a molestar mis oídos pero que con el tiempo llego a ser de lo mejor que podía oír todos los días.
-Nath!!, Alatz!!!-Grité con todas mis fuerzas mientras levantaba mi brazo, rápidamente me dirigí corriendo hacía ellos, en estos últimos días ellos dos habían sido mi apoyo en este mundo y la razón de que no me volviera loco.
-Mirad lo que he cogido''prestado''-dije mientras les enseñaba la mochila, la linterna y la nevera portátil con toda la comida dentro...-supongo que nos servirá para hacer nuestra vida un poco.....mejor?jaja, vosotros habéis cogido algo?
Sonreí, no se porque cometí la locura de dormir sin ellos, vale estaba adormecido y cansado, pero esa no era excusa....
(''nunca más'') Me dije a mi mismo, siempre estaría al lado de ellos dos, porque eran mi grupo, mis amigos...los únicos que he tenido en toda mi vida....

Miré complacido lo que trajeron mis amigos, en la nevera que había encontrado se podría meter mucha comida, estaba rebosante de alegría, este día era perfecto, el mejor que tendría en mucho tiempo sin duda, rápidamente acudí a donde estaba Alatz y metí toda la comida en la nevera portátil, cerré la nevera a duras penas y miré a Alatz y a Nath
- Creo que ya no cabrá más, pero buscad más comida si queréis, puede sernos útil..
Dicho esto dejé la nevera y la mochila en el suelo y me di una vuelta por el lugar, todo era tan......irreal(sin contar que estaba en un mundo donde todo era de colores fríos y había bichos blancos queriendo devorarte.....) las calles parecían las de un parque que tenía en frente de mi antigua casa, todo estaba lleno d vida, si de repente unos niños aparecieran y se pusieran a jugar no me extrañaría nada.....todavía estaba esperando a despertarme de verdad.

Aquel era un inusual día en las calles de la Ciudad Fantasma. Mientras el sol inundaba con su luminoso brillo cada recodo del lugar, aquellos recién llegados del Mundo Real se afanaban en divertirse y regocijarse en su suerte, al tiempo que disfrutaban de los inventarios de las llenas tiendas. Sin embargo, la mayoría de los nativos, que momentos antes habían llenado la atmósfera de sus gritos y de su correr por el asfalto, ahora habían desaparecido de cualquier lugar visible. Y es que la Ciudad tenía preparada aún otra sorpresa aquel alegre día, donde todo parecía haber resurgido de entre sus cenizas.

En los límites del horizonte, llegando desde todos los lados del firmamento, unas oscuras nubes del casi color del carbón se adentraban a ritmo acelerado en el cielo que cubría la ciudad. Todo quedaba en penumbra, haciéndose difícil ver varios metros más allá en las calles. Pero eso no era lo peor de todo, con la huída del sol, los depredadores ya no temían a descubrirse. Los fherals comenzaron a salir de sus escondrijos y, en un alarido común de victoria que ensordeció por unos segundos a toda la Ciudad, se disponían a cobrarse la venganza de aquel día… la cacería había comenzado.

Estaba absorto en mis pensamientos que no me dí cuenta de que toda la ciudad se volvía a teñir de gris, no me dí cuenta hasta que un rugido, bueno, unos rugidos quitaron de mi cabeza cualquier pensamiento feliz, rápidamente me dí la vuelta y , recogí la mochila y mis pertenencias y me dirigí corriendo hacía Nath , cuando la alcancé, aminoré un poco la marcha y la miré.

-Pero que coño pasa???!!!-sabía que todo iba a terminar.....pero así?? con un montón de Ferhals detrás de nosotros?? sin duda no iba a salir bien de esta..
Mientras pensaba no me dí cuenta de un pequeño agujero que había en la carretera y tropecé y caí al suelo haciendo que la linterna quedara bajo mía y la mochila a un metro de mí.
-Mierda, mierda mierda...-dijé aporreando al suelo, me levanté a duras penas y cogí la linterna y la mochila, un dolor punzante me atravesaba el tobillo, pero no era tiempo para quejarse, como pude fui cojeando hasta que alcancé a Nath...espera, y Alatz??, no podía creerlo, en un momento así y desaparece.
Miré la tienda, al parecer estaba abierta,pude ver a Alatz quieto, me acerqué cojeando hasta donde se encontraba.
-Tranquilo, te voy a sacar de aquí, vale?-dije mientras tragaba saliva,al ver que no se movía
(''Lo intentaré''), esa habría sido la frase más correcta....definitivamente no podía moverlo solo, y Nath estaba lejos....pensé en los buenos momentos(pocos, dado el tiempo en que los conocía)que había pasado con Alatz y Nath, pensé en que pronto se acabarían, tan pronto como el Ferhal que venía corriendo hacía mi llegara a su destino, tan pronto como salieran de algún rincón oscuro de la tienda y matarán a Alatz...tan pronto como consiguieran coger a la pobre Nath....apenas quedaban 10 minutos para que eso pasara, dejé que la rabia me consumiera y levante como pude a Altaz ,ignoré el dolor..solo por un tiempo....lo cargué a mi espalda como pude, (''piensa en cosas bonitas''), me dije mientras el dolor aumentaba....
(''no voy a dejarte morir'')-no, definitivamente no, el era mi amigo, y si bien podía huir con Nath, pero no, no iba a dejar que uno de los dos muriera, ellos eran ahora mis amigos...y daría mi propia vida por ellos, algo que nunca antes me había pasado.
-Aguanta, ya casi esta!!-dije mientras caminaba poco a poco hacía la salida

-Buenos días ¿Apreciando el sol de este odioso lugar?

La voz provino de una muchacha menuda de aspecto un tanto frágil. ¿De donde coño había salido? Y además venía acompañada por otra chica que estaba unos pasos por detrás, eran jóvenes y ambas parecían dos flanes de lo nerviosas que estaban. Me entraron ganas de hacerles: ¡Buh! para ver su reacción pero seguramente el Action Man me miraría enfadado correría a consolarlas con el resultado de que yo parecería el malo de la película... cosa que todos sabemos que es mentira.

Iba a responder cuando el cielo se nubló como por arte de magia, dejándonos a todos sumergidos en un mar de tinieblas. Unos gruñidos indicaban que los blanquitos salían de su madriguera. Será gafe la tía, nombra el sol y se nubla todo, me tragué un juramento a pesar de lo lleno que estaba de tanto comer. Sin hacer caso a las muchachas el sin-nombre se sumergió en un trance en el que desapareció entre los estantes para aparecer al cabo de un rato con unos... ¿patines?

- No me jodas...- dije al verlo aparecer con patines.

Esto era una cámara oculta de esas, ¿pensaba huir en patines? Solté una carcajada sin poder aguantarme ante la estampa: un tio con patines, un militar que le daba miedo abrir las puertas, dos chicas nerviosas y... yo, era el único que se podía salvar del pintoresco grupo. Abrí la boca para decirle al patinador:

- Espera un momento.- y me giré hacia las muchachas, el sin-nombre tenía razón, no había tiempo de perder.- Un placer señoritas, vamos al grano, teneis tres opciones que se resumen en: quedaros aquí, iros por vuestra cuenta o veniros con nosotros y salvar el pellejo. Vosotras decidís.

Ya llegarían luego las presentaciones, los besos apasionados a su rescatador (o sea yo) y esos melodramas, pero ahora mi culo estaba en peligro y eso tenía prioridad sobre lo demás. ¿Por qué les ofrecía el venir con nosotros? Era fácil, si no lo hacía yo, lo haría Connor sin ninguna duda, mejor que hubiera sido yo, causaba buena impresión. Si se torcía el asunto siempre podía salir por patas, eran todo ventajas. Con un gesto las invité a salir por la puerta.

- Bueno, ¿alguien tiene un plan que no sea correr como pollos sin cabeza?