Jojojo,¿un demonio puede rezar? {Axel}

Porro en mano.Sonrisa en la cara.Así me había encaminado hacia ninguna parte para buscar más pistas,como siempre,mi rutina diaria.Llevaba mi mochila en un brazo,aunque tan solo llevaba dentro algo para beber y para comer,por si me entraban las ganas de picotear algo.Además,como llevaba mi porrillo,no creía necesario traerme muchas sustancias.No quería acabar en sitios raros como la otra vez.Aunque gracias a eso,descubrí mi estupendo almacén en yonkyland.

Quién me iba a decir que acabar dentro de una Catedral fuera lo que me entretendría todo el día.Quizá allí hubiera algo realmente interesante,pero mi cabezita se preguntó que como hacía una pilingui como yo en una Catedral.Que cosas que tiene la vida,¿no? Que iba a hacer,¿ponerme a rezar? ¡Já! Cuando Willy Wonka fuera mi mascota entraría yo a rezar a un sitio como ese.Asi que simplemente,me dediqué a buscar pistas,hasta,que,en un sitio bastante raro y lleno de telarañas,encontre lo que parecía ser un cuchillo no muy grande.Pensé que estaba flipando por algo que había tomado,pero al tocarlo y casi cortarme,me di cuenta de que era de verdad y no era una alucinación.

Juro que canté bingo en ese momento,era justo lo que necesitaba para comenzar mi masacre.Si,es que al final había decidido que era mejor desechar las opciones uno y dos: suicidio o sobredosis,o,espera,que eso era lo mismo.Así que pensé en optar por asesinato múltiple antes de encontrar el portal,así me sería más fácil encontrarlo,así que por qué no matar un rato.Sería divertido.

Cogí el objeto con cuidado y con gesto de sorpresa,dando una última calada al porro.Después lo limpié un poco y jugueteé con él,como si fuera un simple palo que no hace daño a menos que lo claves con malas intenciones.Me pareció de lo más oportuno estar jugando con él y más encontrármelo en una Catedral.Que irónico.Juas,juas,juas.

Estaba totalmente concentrada jugueteando con mi arma,cuando algo me distrajo y podemos decir,que no me asustó,pero si me sorprendió.De pronto un ruido,más bien un enorme estruendo,me distrajo de mis pensamientos y me puso a la defensiva,haciendo que me girara y lanzara el cuchillo a matar,por suerte,lo desvié y no maté al que entro,así que tan solo lo clavé en la puerta.Observé con suma atención al atacante,y caminando hacia la puerta no le quité la vista de encima hasta que arranqué el cuchillo asesino de la puta puerta,como si en ello me dejara la vida.

-¿Quién coño eres?-pregunté casi a gritos,ya me estaba poniendo histérica,asi que una de dos,o era culpa del porro o era culpa de la psicosis,y mejor que no fuera de ninguna porque le montaba,y si la montaba,no salía ni Dios vivo de esa mierda de Catedral.-¡¿Tú ves normal entrar así a una puta Catedral?! ¿Tu te pinchas o qué? Hay que tener respeto por la mierda de la religión,¿vale? Y agradece que no te he arrancado todavía la cabeza-estaba delirando,para variar,pero me daba igual lo que el tipo ese pudiera pensar de mi actitud-¡Y no me repliques!-ni siquiera venía a cuento aquello de que no me replicara,pues,ni me había dirigido la palabra todavía.

Bufé un par de veces y comencé a dar vueltas como una puta loca por la habitación,revolviéndome el pelo y rechistando en voz baja.Intentaba calmarme,cosa realmente difícil en esa situación de desvarío incontrolable.Suspiré de nuevo un par de veces y me quedé quieta y callada,al sentarme en el suelo.De pronto aparté las manos de mi rostro y volví a la normalidad.

-¿Cuándo has llegado aquí?-aquella pregunta fue la mejor de todas,juas.No me acordaba de cuando había llegado ese tío a la Catedral,y mucho menos de todo lo que había hecho y dicho.Me pregunté que estaría pensando de mi ese chaval,yo creo que estaba flipando,pero vamos,poco me importaba.