Huyendo de los fherals. [Alexander + Connor + Libre]

Heché a correr y pronto me puse a la altura del tio que había invitado al bicho que nos perseguía a la fiesta.
Supongo que tantos excesos al final pasan factura.Y se aventuraba que ese,era un hombre de muchos excesos.
Después de unos minutos corriendo,mis pulmones comenzaron a arder.La cosa que nos perseguía y que en un principio parecía torpe,era rápida como un demonio.
Como veía que correr en línea recta y por la ancha calle no nos llevaba a ningún lado y que debíamos desacernos de la cosa antes de acabar reventados y caer en sus manos,en cuanto divisé un estrecho callejón que había entre dos casas,agarré al tio de la manga y tire de él hacia allí.
Esto,pilló de improvisto al bicho,que no supo frenar a tiempo y siguió corriendo.
Mientras corría por el callejón con mi acompañante pisandome los talones,oimos un rugido grutual,procedente de ese extraño ser.Seguramente ya había vuelto sobre sus pasos y seguía persiguiéndonos.

Mi carrera fue a buen ritmo y constante durante los dos primeros metros, después se transformó en una especie de agonía donde con cada paso en vez de alejarme del bicho, me acercaba a el. Al parecer mis pulmones ennegrecidos por el tabaco estaban funcionando por primera vez en años. A los 10 metros, un pinchazo me empezó a doler en el costado izquierdo, fruto de mi pésimo estado de forma. Y mientras tanto, el Action Man me había pegado un pasadón sin apenas esfuerzo y pese a la ventaja inicial que le había cogido.

El oxígeno no me llegaba ya al cerebro, por lo que apenas fuí consciente de un cambio de rumbo elegido por el militar. Un callejón estrecho, con adoquines sueltos, cristales y basura varia era nuestra nueva pista de carreras. Mis piernas no me respondían por lo que no dudé en pararme. Con las manos apoyadas en las rodillas y tomando bocanadas de aire como si llevara años sin respirar, me dediqué a descansar. Cuando hube recobrado un poco la claridad mental dije:

- He...decidido...que...correr...es...de...cobardes.- El ardon en los pulmones iba cediendo pero el dolor en el costado no remitía.

Un rugido y unos segundos después, el zombi asomaba su maltrecha figura por la entrada al callejón. No podía ni con los pantalones, por lo que seguir corriendo iba a ser muy muy complicado. Solo quedaba una solución: intentar dialogar o en su defecto pelear.

- Joder... donde está spiderman cuando se le necesita.

El bicho parecía haberse dado cuenta de que yo no pensaba seguir corriendo (por falta de fuerzas más que otra cosa) y se dirigió hacia mi caminando, como si disfrutase de esos pasos que le separaban de mi.

Me paré en seco cuando me di cuenta de que había dejado unos metros atras al tio del que ni siquiera sabía el nombre.
Estaba agachado,con las manos en las rodillas.Sería imposible huir del bicho con el en ese estado,y tampoco pensaba arrastrarlo hacia un lugar seguro.
Dí la vuelta y regresé hacia donde el se encontraba mienrtas veía al loquefuera asomar por el callejón y comenzar a caminar,ahora lenta y torpemente,pero con una expresión triunfal dibujada en su rostro.

- Mierda tio.No vales para nada. - comenté mientras lo rodeaba y me interponía entre el y la cosa.

Había decidido que lo mejor sería luchar y si salíamos con vida,podríamos continuar inspeccionando la ciudad y buscar una maldita salida tranquilamente,sin la presión de estar siendo perseguido por un bicho loco.
El brillo de un trozo de cristal considerablemente grande y suficientemente afilado llamó mi atención.Di gracias a Buda,a Ala y mil tipos más por haber encontrado algo medianamente decente con lo que defenderme.
Me agaché y lo recogí en un rápido movimiento y me dispuse a enfrentarme a eso.

- Espero no convertirme en zombie por salvar tu maldito y desconocido culo. - respiré ondo un par de veces y esperé a que el blanquito nos alcanzara.

- Alexander Sttida a su servicio.- Dije presentándome e inclinando la cabeza con un gesto elegante que dadas las circunstancias no venía a cuento. Ya que podíamos morir el uno por el otro, lo mínimo era saber el nombre.- Y bien Rambo, dime si tienes algún plan de ataque o algún rollo de esos que deberíais saber los militares.

No me pasó desapercibido el tamaño del cristal que cogió del suelo, y siguiendo el ejemplo pillé un par de piedras de pequeño tamaño, que había desperdigadas por el suelo. "Menos es nada" pensé resignado. Apenas media docena de metros nos separaba del zombi aquel. Aun resoplando me coloqué a la izquierda del militar, aunque eso si, un paso por detrás. En esos momentos es cuando más se echa en falta un buen porro de maría o alcohol, el nerviosismo que me invadía hacía que me temblaran las manos ligeramente.

El monstruo tras pararse unos instantes para contemplarnos con los ojos vacios de sentimiento, que tan solo reflejaban una obsesión primaria, hambre, miedo, ira... que más daba, la cuestión era que estabamos bien jodidos. Acto seguido se lanzó a la carga cual elefante en estampida... De un salto se abalanzó hacia nosotros, momento en que mi valentía me jugó una mala pasada y cerré los ojos.

- Connor Michaels . - respondí a su presentación sin perder de vista a la cosa. - Puees...como dudo que vayas a cubrir mis espaldas,limítate a atacar e intentar no convertirte en zombie o algo por el estilo. - contesté rápidamente.

Lo cierto es que en estas situaciones no había más plan de ataque que aprovechar la adrenalina para arrear un buen golpe al contrincante.
Y eso hice.En cuanto se abalanzó sobre nosotros,giré hacia la derecha para esquivarlo y aproveché para darle un buen golpe el la espalda con el codo.Estó lo impulsó hacia delante y cayó al suelo.Sin embargo y para mi asombro,se levantó con la rapidez de un rayo,dio la vuelta y volvió a la carga.

En cuanto abrí los ojos el zombi yacía tirado en el suelo inmovil, lástima que esa imagen solo durara unas décimas de segundo pues el bicho se levantó y volvió a por más. Solo que esta vez no había centrado su atención en Connor como en el primer asalto sino que se fijó en mi. No le había pasado desapercibido mi gran habilidad para el combate. Durante una fracción de segundo pensé en dar media vuelta y salir corriendo dejando al Action Man peleándose con el bicho, sin embargo algo me decía que antes o despues el ser me alcanzaría.

Sin pensarlo le lancé una piedra a bocajarro al humanoide cuando ya se abalanzaba hacía mi. La piedra certera le dio en mitad del pecho y rebotó. "Gran idea la de las piedras" pensé al mismo tiempo que el bicho caía sobre mi. Un acto reflejo, que consistió en dar un paso a la izquierda provocó que el bicho no impactara de lleno en mi y que ambos rodarámos por el suelo un par de metros. Afortunadamente no sentí ningún mordisco ni arañazo, solo el impacto contra el suelo que me dejo sin respiración.

Boqueando como un pez fuera del agua me puse de rodillas al mismo tiempo que aquello ya se levantaba para hincarme el diente. Ese cabrón era mucho más rapido que yo. De puro pánico grité:

- Joder, Connor, clavale el puto cristal.- crucé las manos ante mi instintivamente para protegerme de lo que se me venía encima.

Ni siquiera me dió tiempo a reaccionar cuando el blanquito se abalanzó sobre Alexander.
Rodaron un par de metro por el suelo y corrí hacia allí,justo a tiempo para oir las quejas de mi compañero y tratar de quitarle a su atacante de encima de una patada en los morros.
Sin embargo,esa cosa era un hueso duro de roer.Emitió un quejido animal pero enseguida se levantó y vino a por mi.
Forcejeamos en pie y el cristal se clavó tanto en mi mano como en la suya.Apreté los dientes y aguanté el dolor.¿Qué coño hacía Alexander?

- Tio...levantate de una...puta vez. - conseguí articular entre resoplidos por el esfuerzo que estaba haciendo para mantener a la criatura a raya,en vano.Tenía una fuerza descomunal y cada vez sentía su fétido aliento más cerca.

Me levante con la piedra aun firmemente sujeta en mi puño. Había caído como en trance al ver derramarse la espesa sangre negruzca de la mano del bicho, mezclándose en el suelo con la de Connor. Cualquier fragmento de lógica estaba pisoteado en mi cabeza por la descarga de adrenalina, así que hice una tontería. Salté y me colgué de del cuello del monstruo quedando a su espalda. De momento el fétido olor del zombí asaltó mis fosas nasales mezclado con el olor acre a sudor, sangre y polvo.

Usando la piedra como si de un martillo se tratase, me puse a golpear el costado del craneo del monstruo como si de un herrero martillando su yunque se tratase. Miedo, euforia, cansancio, violencia... todo se mezclaba en mi interior arrastrándome a un frenesí asesino en el que solo existía el repetitivo golpe contra el cráneo del enemigo. Y al cuarto golpe, algo crujió seguido de un aullido de dolor del bicho que cesó en su empeño de matar a Connor para centrarse en mí.

Ahora la sangre manaba también de su cabeza... y el ímpetu del zombi parecía haberse reducido. Con sus manos intento agarrarme y consiguió arañarme el cuello lo que añadido a que mis fuerzas flaqueaban me obligó a soltar el cuello y caer de espaldas hacia atras resoplando. Mi espíritu combativo había desaparecido, aceptando con resignación el inminante desenlace de la pelea. El humanoide se giró para centrar la mirada de un único ojo en mi, pues el otro se encontraba cubierto de la sangre que manaba de la herida de la cabeza.

Esta vez no cerré los ojos, algo me impedía cerrarlos, como si el contemplar el final de mi existencia fuera lo que el destino me deparaba.

Alexander se enganchó del cuello del blanquito y comenzó a darle pedradas como loco mientras yo seguia intentando zafarme del bicho. Por suerte,el elaborado método de ataque de Alexander estaba funcionando y pronto empezó a dar resultados. El "zombie" comenzó a sangrar por la cabeza y volcó toda su atención de nuevo en mi compañero,clavando sus sucias garras en su cuello y haciéndole caer de espaldas.
Entonces,aproveché que estaba de espaldas a mi para ejecutar un último ataque.
Agarré el cristal de forma que el extremo más puntiagudo sobresaliera y alcé el brazo para coger impulso y clavarselo en la herida que ya tenía en la cabeza con todas mis fuerzas.
Cuando lo hicé,retrocedí unos pasos hacia atrás,dejándo el improvisado arma incrustado en la cabeza de nuestro perseguidor.
Este,seguía de espaldas a mi,por lo que no pude observar su reacción.Y la cara de Alexander era todo un poema.
El callejón permaneció en silencio. La incertidumbre y tensión se palpaban en el ambiente,hasta que por fin,después de unos segundos que me parecieron interminables,la criatura calló hacia delante.
Jadeé,soltando todo el aire y la tensión retenida.Sin moverme del sitio,dirigí una mirada desorbitada hacia Alexander.

-¿Estas bien? - le pregunté con un hilo de voz.

La imagen parecía sacada más de uno de esos violentos videojuegos que de una vivencia real, joder, aquel bicho al que le asomaba un trozo de cristal por el lado de la cabeza aún se mantenia en pie. Lo más aterrador era que no hizo ningún ademan ni gesto de dolor, como si su existencia se reduciera a matar, matar y matar. Cuando empezaba a hacerme a la idea de que el bicho ese era inmortal, se derrumbó, cayendo bocabajo junto a mi y levantando una fina nube de polvo.

Tras suspirar profundamente, dirigí mi mirada a Connor para responder con desesperación en la voz:

- Claro que no estoy bien, coño. Un puto zombi-como-se-llame ha estado a punto de comernos a los dos.- Me levanté y me puse a darle patadas al cadáver inerte del monstruo a la vez que con cada patada articulaba una sílaba.- Hi...jo...de...pu...ta.

Pasados unos segundos, la adrenalina había dejado de fluir por mi torrente sanguíneo dejando paso a un estado de abatimiento. ¿Que se suponía que tenía que hacer ahora? ¿Buscar ese portal? Hasta el momento, lo que había escrito en esa pared ha resultado ser verdad. Los pensamientos giraban en mi cabeza sin dar con una pauta de pensamiento clara, asi que de momento lo único que me quedaba era sobrevivir.

- Supongo que deberíamos buscar un refugio y aclarar las ideas... ¿Qué me dices?- En un gesto instintivo me empecé a sacudir la ropa, manchada ahora tambien de sangre y de repente recordé.- Ah, gracias por quedarte y ayudarme con el bicho... pero que conste que le hubiera pateado el culo yo solo.

Y después de este momento de agradecimiento tan extraño en mi, me crucé de brazos esperando la respuesta del militar.

Resoplé y rodé los ojos ante su alterada respuesta.Por supuesto que estaba bien.
Comenzó a darle patadas al bicho ya muerto,como si quisiera rematarle para asegurarse de que no volviera a intentar engullirnos.Lo cierto era que aunque hacerlo era un error en estos casos,ya que al liberar toda la tensión y adrenalina quedabas exhausto,incluso yo mismo me hubiera asegurado de esa misma forma de que ese hijo de puta no se levantara de nuevo.
Apoyé mi espalda contra la pared del callejón mientras se desquitaba y suspiré cansado.
Cuando se calmó,hablo sobre buscar un refugio.
-Es exactamente lo que planeaba hacer y lo mejor será que encontremos uno antes de que anochezca...estos bichos pueden volverse todavía más peligrosos de noche. - le contesté mirando hacia el nublado cielo,intentando adivinar cuando faltaría para que la ciudad se oscureciera por completo. - Si,claro.Pero me debes una. - contesté señalándole con el dedo índice mientras soltaba un par de carcajadas.
Al hacerlo,sentí unos repetidos pinchazos en la palma de la mano,asique la alcé hasta para examinarla.Entonces recordé que me había hecho un corté bastante profundo mientras forcejeaba con la criatura.La sangre de este había empapado mi brazo,mezclándose con la mía y tal vez llegando a la herida.
Miré a Alexander alarmado y luego otra vez a la herida.
-Mierda tio,voy a convertirme en un puto zombie. - comenté entre alucinado y acojonado mientras me agarraba con fuerza la muñeca de la mano herida con la otra mano. - Joder,joder,joder...- murumuraba presa del pánico balanceandome y paseando de un lado a otro.

Miré la escenita que empezó a montar Connor, como si agarrándose la muñeca y dando vueltas de aqui a alli y de alli a aqui fuera a solucionar el problema. Si el estaba jodido yo también lo estaba y en peor situación pues aunque los arañazos habían sido superficiales (o al menos eso esperaba), me los había hecho el monstruo ese. Resignado decidí tirar de lo que me quedaba, ese humor negro y cínico que tanto desagradaba a la gente que me rodeaba:

- Míralo por el lado bueno, ganaras en atractivo y sex-appeal. Y si te sirve de consuelo, yo tambien estoy jodido.- Le enseñé mis dedos manchados de la sangre que brotaba de la herida. Añadí pensativamente- Aunque si nos fiamos de las peliculas, nos tendría que haber mordido... no sé que pensar.- Con la mano en la barbilla traté de recordar lo que el críptico mensaje en la pared decía.- Tal vez no estemos jodidos... ¿recuerdas algo del mensaje en la pared? Creo que decía que no nos íbamos a convertir en uno de ellos.

De momento me iba a agarrar a esa opción, si me acababa transformando... ¿que podía hacer? De momento buscar un lugar con techo y a poder ser con una sola entrada. El cansancio de los últimos sucesos hacía mella en mi, me impedía sentir esa desazón y desesperanza que debería sentir, tan sólo me centraba en el próximo paso. Había emergido una parte de mí hasta ahora desconocida y yo solamente le había dejado tomar el control.

Con paso firme y decidido me puse a caminar en una dirección al azar, tal vez el caminar apagaba los pensamientos... estaba decidido a comprobarlo. No miré a ver si Connor venía conmigo o tomaba otro camino...

Paré bruscamente de balancearme y murmurar cuando habló,como si acabara de apretar el botón ON de la razón.

- Muy gracioso. - solté mirándole de malas maneras cuando dijo lo del atractivo y sex-appeal. - Si te conviertes en zombie tampoco habrá tanta diferencia,puede que algunas ni lo noten. - comenté sarcastico mientras me señalaba sus heridas.

Avancé hasta donde él y la criatura se encontraban y balanceé a este último con la punta del pie.
- Tal vez el que lo escribio ya estuviera loco...¿quien no se vuelve majara en este puto lugar? - argumenté mientras Alexander comenzaba a andar sin previo aviso.Pensé en ir en busca de un refugio solo pero al final me decanté por seguirle. - Espera coño,alguien tendrá que proteger tu huesudo culo,no creo que esa colonia italiana vaya a ahuyentar a los zombies.

- No es italiana capullo, es francesa.- corregí quisquilloso y seguí caminando rumbo a Dios sabe donde.

Nuestros pasos resonaban en las paredes del estrecho callejón, el único sonido que se oía mezclado con nuestras respiraciones. Aunque aún me dolía el costado algo, la herida del cuello me escocía y la perspectiva de convertirme en un zombi no me atraía, se podía decir que no había salido demasiado malparado. En silencio, llegamos al final del callejón, encontrándonos con una amplia avenida que en su día debió de ser mágnifica.

La carretera de cuatro carriles, dividida en el medio por una mediana de lo que antaño serían flores y ahora eran matojos, ocupaba la mayor parte de la avenida. A los lados había edificios altos a medio derruir, con escaparates rotos de tiendas en los bajos de las construcciones, alguno incluso conservaba parte de la cristalera original. Miré a Connor.

- ¿Vamos a izquierda o a la derecha?- pregunté dispuesto a seguir la dirección contraria a la que el quisiera.

Aproveché la pausa para sacar un nuevo cigarro y encenderlo. Mire el arrugado paquete, solo 5 cigarros me quedaban para pasar el resto de la eternidad en aquella condenada ciudad. Le ofrecí el paquete a Connor, si me había salvado la vida... esto saldaba la deuda a mi modo de ver.

Después de atravesar el callejón,llegamos a una gran avenida.Alexander me pidió opinión sobre qué direccion tomar,aunque a mi todo me parecía igual.
Me encogí de hombros y respondí: - Derecha,cuanto más alejados de donde nos encontramos al zombie,mejor.
Antes de retomar el camino,sacó un paquete arrugado de tabaco,se encendió un cigarro y me ofreció uno.Lo cierto es que no suelo fumar,ya hay suficientes factores que aumentan el peligro de muerte en Afganistán...pero no me vendría mal un cigarrillo para recobrar fuerzas.
- De algo habrá que alimentarse. - acepté y cogí uno de los pocos cigarrillos que quedaban en el paquete.- No vendría mal un trago de whisky ahora,¿eh? - comenté mientras le hacía una seña con la mano para que me pasara el encendedor.
Nada más pronunciar estas palabras,recordé que dentro de mi chaqueta tenía una pequeña petaca plateada con whisky.Nunca sobra en las intervenciones militares.
Me abrí la cazadora y saqué del uno de los bolsillos interiores el bendito líquido.
- Voila. - articulé medio sonriendo mientras le desenroscaba el tapón.
Alce la petaca y bebí un buen trago.Es un buen whisky.De los fuertes.De los que raspan la garganta y hacen que te arda el estómago.De los que calientan más que el caldo de la abuela.
Después de beber se lo ofrecí a Alexander.
- Bebe un poco de coraje líquido porque nos va a hacer falta. - comenté.

Sin dudar tomé la petaca y le di un sorbo al licor. De inmediato sentí una conocida quemazón en la garganta que me hizo cerrar los ojos. Le devolví la petaca al tiempo que le hacía un gesto de agradecimiento con la cabeza. ¿Que dirección había dicho, Connor? No me acordaba así que en un gesto de buena voluntad impropio de mí le dejé que empezara a caminar por donde quisiera. Yo mientras tanto iba mirando los edificios en vista de encontrar uno que estuviera en condiciones suficientes como para alojarnos y no derrumbarse con nosotros dentro.

La herida de Connor seguía sangrando por lo que ví. A ese ritmo se acabaría desangrando... bueno, al pensar desangrado tal vez había exagerado un poco, pero la cuestión era que no parecía buena idea dejar un rastro de jugosa sangre hasta el sitio donde nos refugiaramos para facilitarle las cosas a los zombis. Hice partícipe a Connor de mis pensamientos a mi manera:

- Oye machote, ¿piensas seguir desangrándote por hacerte el duro? No me hagas mucho caso, pero a lo mejor si te tapas la herida hasta se te pondrá mejor cara.

Utilicé un tono relajado, como si estuviera hablando con la camarera en un local de copas. Torcí el gesto al recordar las discotecas y su fauna, no había pasado ni un dia y ya las echaba de menos. Maldita suerte la mía, si al menos encontrara algo de marihuana para aderezar los cigarros y alegrarme el dia... pero eso era mucho pedir pues estaba empezando a oscurecer, urgía encontrar un refugio.

Notaba el estómago vacío... mierda, encima iba a dormir con hambre.

En cuanto me devolvió el licor,comencé a andar en la dirección que había sugerido antes. Estaba anocheciendo y no quería pasar la noche en un edificio en ruinas...aunque aqui todos lo estaban.
Miraba a un lado y a otro de la calle,buscando un piso que tuviera,al menos,un techo y unas paredes medianamente firmes.
Cuando Alexander habló,alcé la mano para examinar la herida.Es cierto,estaba sangrando.Me giré y miré el suelo,observando que las gotas de sangre estaban dejando un pequeño rastro. Seguro que esos zombies podrían olerla. Fallo mío.

- ¿Qué?¿Tienes alguna corbata de diseño que dejarme para taparla? - pregunté mientras rebuscaba en los bolsillos de mi chaqueta.
Por suerte,allí estaba el pañuelo que usaba para limpiar las armas.Estaba sucio,pero serviría.
Me lo até en torno a la mano mientras andaba y no le volví a dar más importancia.
Al cabo de unos minutos,divisé un piso que parecía estar en un estado bastante aceptable.

-¿Qué te parece ese lujoso hotel? - dije señalándoselo,aunque yo ya me dirigía hacia allí sin esperar por su opinión.

Como veníamos acostumbrando desde que nos habíamos conocido, uno hacía un comentario irónico, el otro tenía una oportunidad de réplica y ahí se acababa todo. Parecía una especie de pacto no hablado, asi que no respondí al comentario de la corbata aunque ganas no me faltaron. Miré hacia ambos lados mientras se vendaba la herida con un pañuelo mugriento que sacó de un bolsillo, casi parecía peor el remedio que la enfermadad pues si esa herida no se infectaba con ese vendaje sería poco menos que milagroso.

El soldado divisó lo que ambos buscábamos, algo parecido a un edificio con techo. Le seguí pues parecía haber tomado la iniciativa, mejor, si había un zombi dentro, que lo atacara a el primero. Lo que antaño fue una puerta, ahora solo era un pequeño trozo de la esquina superior que colgaba de las bisagras haciendo un ruido de lo más siniestro. Una vez dentro del portal, la peste a humedad y olores que no podía ni quería identificar, me hizo respirar solo por la boca y subir por las escaleras lo más rapidamente detras del soldado, rumbo a las entrañas del edifico.

Nada más subir, nos encontramos con un piso con la puerta abierta, lo que llamariámos hogar al menos por aquella noche. Siempre con Connor por delante entramos en una habitación carente de cualquier mueble, pero al menos no había zombis lo que a era un progreso. Cerré la puerta y dije:

- Ups, lo siento, debería haber llamado a los artificieros por si la puerta explotaba al cerrarse, fallo mio, no volverá a ocurrir.-dije con una sonrisa y proseguí algo más serio.- Antes de que me digas nada, ya he visto muchas películas asi que si hacemos guardia, tu primero que yo tengo muuuucho sueño. Ya me despertaras cuando me toque.

Sin dar opción a replica me tiré y me acomodé lo mejor pude en el frío y duro suelo, en lo que parecía que iba a ser una de las peores noches de mi vida.

- ¡Ah! Casi se me olvida, si te sientes solo te abrazas a una piedra, pero entre tu y yo que corra el aire.

Cerré lo ojos dispuesto a conciliar el sueño lo más rapidamente posible.