Debería... al menos debería (Kay + libre)

Caí al agua y me mojé todo entero. Miré a Emie con cara de pocos amigos y después me tiré encima de ella, mojándola por completo, mientras me reí a carcajadas. me alejé un poco y e puse en posición de defensa.

-¡Eso te pasa por bestia! -reí en alto y le empecé a echar agua, con bastante rapidez, para que no pudiera ver nada de nada. Hacía mucho que no me lo pasaba tan bien con nadie. Aquella no era mi personalidad pero ¿a quién le importa? A mi no. Puede que después al utilizara, pero sabía que podía contar con ella al menos durante un tiempo.

Con las piernas, hice que ella también cayera al agua. Me puse encima de ella y la ahogué de vez en cuando, partiéndome el culo de la risa. Aquello era bastante divertido y me lo estaba pasando bien. Me quité de encima y volví a la tierra, sacudiéndome el pelo como si fuera un perro. Ahora tendría que esperar a que los vaqueros también se secasen un poco, pues no tenía otra cosa que ponerme. Me fui a por mi mochila y saqué una manzana. Sonreí y le di tres bocados. Con la bolsa en la que me la habían dado, la envolví con fuerza y le quité todo el aire que pude. Con tres bocados tenía suficiente para unas cuántas horas. Miré a Emie. No, no iba a darle.

Alcé la cabeza al cielo y se me escapó un suspiro. Creo que me iba a quedar mucho en aquel mundo de mierda. Me parecía que Chuck también quería encontrar el portal a toda costa y Axel también. Formaría buen equipo con ellos. Chuck era fuerte y muy rápido... y Axel... bueno, era Axel. Reí entre dientes.

Sabía que tenía que encontrar aquella torre de mierda. Pero, ¿por dónde empezar? El dibujo que me había encontrado por pura casualidad y que había robado del Palacio no me daba la posición exacta de dónde podía encontrarse. El fondo era negro, por lo que no podría averiguar dónde estaba, ni por el paisaje. Aunque no sería muy dificil encontrar una torra de las altas en aquel lugar y que tuviera muchas ventanas, ¿no? Pero no me había parado a pensar en que a lo mejor esa torre ya ni existía, pues no sabía cuánto tiempo podía tener aquel mensaje de la pared.

Los vaqueros se estaban medio secando. Era extraño que no tviera frío. La camiseta estaba también medio seca. Esperaría un poco a que se secara por completo y volvería de nuvo al palacio. Quizás hubiera más cuadros o más pinturas que me enseñaran dónde se podía encontrar la torre. Pero lo dudaba. Quizás dará media vuelta y me marcharía por dónde había venido, sin cargarme a Emie, me había caído hasta bien, aunque ella también buscara el Portal, no a toda costa como yo, por lo que parecía.

Suspiré y me miré lasmanos. Nunca había asesinado a nadie. Vale, los Fheral no eran personas, pero uno se sentía bastante raro cuando se cargaba a uno de ellos. A mí me gustaba. Me estaba encantando eso de quitarme a esas cosas de mi camino. ¿Quién dico que no me gustaría asesinar a una persona por salvar mi vida? Nadie. No iba a probarlo a no ser que la situación lo requiriera. Y, al menos, por ahora, no lo ecesitaba. Solo quería información.

-Adiós.

Eso fue tdo lo que dije, pues no tenía nada más que decir. Me quedé allí sentado, mirando al río, con un millón de pensamientos en mi cabeza. No sabía comordenadorlos, no sabía ni que hacer. pero tenía que empezar a ponerme las pilas. En aquel momento.
Me puse la camiseta -un poco húmeda, por cierto- y recogí todas las cosas. Me di media vuelta empecé a caminar hacia el palacio de las máscaras. Me quedé impresionado por toda su estructura. Las ventanas estaban selladas. Solo había unas cuantas de ellas en las que no había tablones de madera, pero sí que había rejas. Estuve a punto de dar un paso hacia dentante cuando vi como un Fheral se asomaba por la ventana, emitiendo un gran grito gutural. la sangre se me congeló en las venas y di dos pasos hacia atrás antes de salir de aquel lugar. Ya había encontrado mucho en esa casa. No tenía armas. No podía asesinarlo yo solo. Me largué por dónde había venido.