Refugiandome en la soledad [Jace]

Di unos pasos mas y alce la vista hacia la gigantesca catedral. Con su aspecto gótico no parecía el lugar mas seguro de donde me encontraba, pero necesitaba un lugar donde dormir.
Mire al cielo mas oscuro de lo normal sin luna alguna.
El viento soplaba fuerte contra mi espalda alborotando mi rubio cabello. Empuje las pesadas puertas y entre a la catedral.
Mire la fila de bancas de madera vacías, camine en el pequeño pasillo con la alfombra rodia y desgastada.
Mire a los lados y note en una banca una mancha de sangre en el suelo.
Retuve mi aliento y continué mi camino. El lugar era silencioso y cualquier sonido provocaba eco.
Mis pasos eran callados y lentos.

Al fin llegue a una banca que se veía en buen estado, me puse en medio y me recosté sobre la madera haciendo un ovillo, deje que los sonidos de a mi alrededor me inundaran y trataba de descifrar si el lugar realmente era seguro o no.

Solté un leve suspiro, hacia frío en el lugar, y la chamarra de mi hermana, Lylian, no bastaba para cubrirme.
Mi cuerpo comenzó a temblar para ganar calor. Mis labios se movían rápidamente. Cerré mis ojos y trate de quitar de mi mente el hecho de que la noche parecía el mismo invierno.
Si el dolor no existía, si era todo mental, entonces el frío podía serlo también...¿cierto?

La puerta solto un chillido al abrirse, parecia como un chillido de dolor. Abrí los ojos alerta sin saber bien quien se aproximaba. Me quede estatica al escuchar los pasos acercarse con cierta lentitud. Cerre los ojos deseando que no me viera, pero me vio.
Fue un gran alivio al escuchar una voz diciendo una palabra coherente, ahora podia estar segura de que no eran esas espantosas criaturas.
Sentí a aquella persona a mi lado y cuando volvio a hablar reconocí su voz, era aquel chico de la Morada, la primera persona viva que vi en este lugar. Aunque trate de detenerlo y convencerlo de que fueramos juntos para estar mas seguros, el no se detuvo, y tuve que continuar sola...
Sentí como el frío desaparecia por un segundo, por lo cual abrí los ojos y comprove que me había puesto una chaqueta encima. Gire mis ojos a él. Pero...¿no tendría el frío ahora?
Me senté sujetando su chaqueta con mis manos para que no se cayera de mi espalda.
- Pero Jace...¿y tu? - dije señalando sus mangas cortas, digo, si yo con una chamarra puesta me estaba muriendo de frío.
Para este entonces mis ojos ya estaban acostumbrados a la oscuridad y podia ver con mas claridad.

Hice una mueca mirándolo. Suspiré y le sonreí un poco.
- Gracias - murmuré ante el gesto de la chaqueta.

Mire el gótico lugar una vez mas, me llamo mucho la atención la altura del techo y los vitrales esparcidos por las paredes, algunos rotos, algunos no.

Escuche como sacaba varias cosas por lo que fije mi atención en lo que hacia.
Arqueé una ceja mirándolo.
Mientras se acomodaba en el suelo me recosté nuevamente, mas tranquila ahora que no estaba sola.
Sentía como el sueño me atacaba y mis ojos se empezaron a cerrar, pero no quería dejarlo solo en tan espantoso lugar, mientras él estaba alerta yo bien comoda me dormia. No, no y no.
Abrí los ojos de golpe y suspiré.
- ¿Te gusta dibujar? - pregunta tonta lo sé, digo, tenía en mano un cuaderno ¿no?

Observé como su mano comenzaba a trazar en su cuadernillo, se detuvo en seco al escuchar mi voz. ¿Lo estaría interrumpiendo acaso? Hice una leve mueca y me recosté boca arriba.

- La música se me da bastante, como el baile, el canto y los instrumentos - susurré viendo mi aliento sobre mi. Seguramente el frío había empeorado a estas alturas de la noche.

Enrosque mis piernas para calentarlas, luego mire a Jace con su camisa de manga corta, debería de estar congelándose pero se rehusaba a admitirlo.
"Hombres" vacilé en mi mente mientras giraba mi rostro al techo tan lejano de mi.

Dejaría que se concentrara por un momento, tal vez eso deseaba. Comencé a pensar en mi viejo hogar, claro, con mi padre arrancado del retrato familiar.
Oh como extrañaba a mi hermana, y aquella imagen de mi madre sin vida alguna en el suelo de su habitación seguía atormentándome por las noches.
¿Por que yo salí con vida y ellas no?¿Acaso yo estaba destinada a terminar...aquí?

Sacudí con brusquedad la cabeza y cerré los ojos con fuerza. Ya basta de mis pensamientos depresivos.
Suspire y entreabrí mis ojos, me gire a Jace y comencé a observar en silencio lo que hacía.

Deje que mi mirada viajara al mismo tiempo que su mano se movia por el papel.
Observe cada trazo que hacía y de vez en cuando subía la vista a sus ojos concentrados, parecía haber entrado en otro mundo, parecia que su cuerpo estaba en automatico y su mente flotaba por el lugar, tal vez por la catedral, o por alguna otra parte lejos de aquí.
No hice sonido alguno, no quería que perdiera esa concentración que brillaba en sus ojos claros.

Tenía lindos ojos, tan claros. Siempre decian que los ojos eran ventanas al alma, y por desgracia eso me sucedia mucho, por tanto que tratara de ocultar mis emociones, mis ojos me traicionaban. Pero sus ojos parecian como una puerta cerrada, de vez en cuando brillaban con alguna emocion, pero en algunos momentos el brillo era remplazado por otra emocion que se me hacia imposible desifrar.

Moví ligermanete la cadera para acomodarme mejor y seguir observando su dibujo, pero al parecer aquel sencillo movimiento capto su atención. Regrese mis ojos a los suyos cuando habló.
Sonreí de lado.

- Le pones mucho de ti a tus dibujos, ¿cierto? - murmuré como respuesta mientras jalaba su chaqueta para abrigarme mejor.