¿Qué hago aquí? [LEMACKS]

por **Jared Scahill Zwahlen** Jue Jun 24, 2010 4:25 pm

Después de salir de aquella habitación en la que pude leer el futuro que me iba a deparar, tanto a mi como a mis compañeros, sentí que debía liberarme de toda la tensión acumulada durante esos minutos en los que mi corazón parecía agonizar de dolor, y mi cabeza daba vueltas y más vueltas intentando descifrar por qué había acabado allí; por qué yo y no otro. ¿Tal vez porque me había portado mal con todo el mundo en los últimos años? Entonces... ¿Quién me había castigado de tal forma? Dios seguro que no.

Caminé por la ciudad, o por lo menos lo que era una ciudad; pues estaba en ruinas. Era una ciudad fantasma, como decía el escrito; andaba con un ojos puesto siempre a mi alrededor, por si se me acercaba uno de esos bichos blancuchos que quisiera comerme.
En verdad esa parte no me la creía del todo; siempre había sido del tipo de persona que decía ''si no lo veo, no lo creo'', y conservaba la misma idea a día de hoy, completamente solo, desesperado, en una ciudad fantasma donde los edificios corrían el riesgo de caerse de un momento a otro; donde no existía luz y la oscuridad inundaba incluso tu mente... Era el infierno, pero dentro de ese infierno pude descubrir algo parecido al cielo.
Un pequeño parque abandonado, como todo lo demás. Al menos parecía que podía estar a salvo allí dentro durante unos minutos, escondido. Sí, sería lo mejor; debía esconderme cuanto antes. Corrí hacia un gran árbol, que apenas conservaba un par de ramas en buen estado, pero con mucha suerte, y mucha paciencia, conseguí subirme a él y sentarme en una de las ramas, que crujía sin cesar. De un momento a otro se vendría abajo, me caería, sí, pero al menos podía ver desde allá arriba todo lo que se movía, todo lo que intentara atacarme. No pensaba morir en esa estúpida ciudad, en un estúpido juego.

por **Emie Lemacks** Jue Jun 24, 2010 4:38 pm

Andaba con seguridad y siempre manteniendo un pie por delante del otro, como es obvio y lógico a no ser que estuviese dando saltos en vez de pasos. Había decidido volver al parque ya que era el único lugar medianamente agradable en aquella ciudad asquerosa además de la plaza de las luces intermitentes, que era preciosa todo había que decirlo, pero perdía todo su encanto de día.

Como siempre en aquel lugar, el Sol no se animaba a asomarse para visualizar este mundo y continuaba detrás de unos nubarrones grises que podrían depararnos una futura lluvia o por el contrario, quedarse en el estado en el que se encontraban. Deseé mentalmente un par de veces que no lloviese de nuevo, habían sido demasiados días de lluvia y por el contrario que antes, ahora me conformaba con aquellos nubarrones grisáceos.

A lo lejos divisé una figura de un chaval, vamos, un niño. Y sí, que no era la mejor persona para hablar de edades pero… yo llevaba allí demasiado tiempo y la edad no se contaba en años, sino en madurez. Bueno, otro recién llegado por lo que veía… llevaba todavía las ropas en buen estado así que seguramente acabaría de llegar. Pff… parecía que estaba hecha para recibir a todos los recién llegados pero… ¿Quién mejor que yo para hacer aquello?

De un salto me planté delante suya y moví mi mano derecha de un lado a otro con una sonrisa a modo de saludo. Tendría que planear alguna manera nueva de saludar para la próxima vez porque me estaba anticuando demasiado.

por **Jared Scahill Zwahlen** Jue Jun 24, 2010 4:47 pm

Miré hacia arriba, hacia el cielo. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que me había subido al árbol? Suspiré: ni cinco minutos, y ya comenzaba a hacerse eterna la espera... Aunque aún no sabía qué esperaba. ¿Tal vez algo de ayuda? Sí, algo de ayuda no vendría mal.
Necesitaba alguien que me dijera que se podía salir con vida de donde quiera que estuviéramos, que todo iba a salir bien... Que todo volvería a la normalidad.
Qué iluso, aún seguía pensando que todo era un sueño. ¡Despierta, Jed! Grité dentro de mi cabeza, para que el cerebro dejara de decir idioteces.
No había escapatoria alguna, tendría que ingeniármelas para buscar una salida que no fuera el portal ese, pero ahí iba otra pregunta. ¿Por dónde empezaría a buscar? ¿Y si me encontraba a uno de esos zombies, eh? Echaría a correr y... A saber qué pasaría luego.
Apoyé la espalda en el tronco del árbol, cerrando los ojos después. Necesitaba aclarar mi mente, darle un respiro a mi cuerpo, que parecía estar en constante tensión cada segundo... Cuando comenzaba a sentirme un poco mejor, abrí los ojos, y lo que me encontré hizo que me cayera del árbol, haciéndome bastante daño en el tobillo derecho.
-¡Maldita sea!-Grité, agarrándome el tobillo; por suerte no estaba roto.
Observé a la chica que me había saludado y resoplé, tan solo era una niña, una niña que sonreía. ¿Por qué estaba tan feliz? Joder.
-¿Quién eres? ¿Tú sabes donde estamos, verdad? -Pregunté mientras intentaba levantarme. Al principio costó un poco, ya que el tobillo seguía resintiéndose del golpe al caer del árbol, no obstante podía apoyar el pie sin problemas en el suelo, así que tampoco había sido para tanto.

por **Emie Lemacks** Jue Jun 24, 2010 5:11 pm

El tipo cayó al suelo, bueno, se espantó, a continuación gritó y por último se estampó contra el suelo. Y no, tampoco llegó a estamparse pero… ¡Tenía que decirlo! Así dicho mola mucho más, qué cojones. Me reí de su cara a carcajada limpia, iba a acabar odiáaandomeee… seguro, seguro. Así que bueno, como buenísima y riquísima persona que somos, vamos a comportarnos como es debido y no a meterle más miedo porque encima acabe temiendo hasta a los humanos… aunque a algunos realmente había que temerles.

-¿Estáaaas bien? –Pregunté desde arriba, bajando por las ramas hasta parar de nuevo en el suelo. Otra ventaja de estar allí era que había cogido agilidad, sí, yo, la torpona de siempre, había cogido la suficiente agilidad como para subir por los árboles con tranquilidad. Aquello era lo mejor… eso, la fuerza y la rapidez.

-Soy quien quieras que… -Nah, no me iba a montar otra vez el jueguecito de palabras que ya lo había hecho demasiadas veces con otros y aquel tipo además, me hacía reír. –Mi nombre es Emie… ¿ Y el tuyo? –Pregunté con una sonrisita, cruzando mis brazos por detrás de la espalda y balanceándome hacia adelante y hacia atrás.

-Estás en un mundo de mierda, bienvenido seas –Parecía que allí no dejaban de llegar nuevas personas… pff… qué mal que estaba todo, al final acabarían muriendo demasiados. Más de los necesarios… Peeero, ¿Qué se le va a hacer? Pues nada, joderse.

por **Jared Scahill Zwahlen** Jue Jun 24, 2010 5:21 pm

Apoyado en el tronco del árbol, recobré el aliento y mi respiración volvió a la normalidad después de realizar unos ejercicios para eso mismo, para relajarse.
Dios, me empezaba a doler la cabeza. Aquello era tan... No sabía como explicarlo. Era demasiado irreal, que nadie podía pensar que fuera verdad.
Sí, con razón me dolía la cabeza, vaya lío que me estaba montando yo solo en ese instante.
Cuando bajó del árbol con rapidez la miré boquiabierto, para ser una niña no lo hacía nada mal; mejor que yo y todo.
-Jared, y si no dejas de moverte creo que acabaré vomitando.-Susurré al ver como se balanceaba de un lado a otro sin parar.
Estaba ya bastante mareado cuando desperté en la habitación mugrienta, supuse que fue por la última noche que pasé en el ''mundo normal''.
Habían organizado una fiesta en un lujoso local de California; nos habían invitado, ya que el organizador de la maxifiesta era amigo de uno de los integrantes del grupo.
Fuimos y... Oh. Aún recordaba la que se había liado ahí dentro: alcohol, drogas, sexo en todas partes y nosotros en la barra cantando y bailando como locos. Recordaba también como una chica me había mirado, insinuándose y había ido con ella al baño, a partir de ahí todo se volvió oscuro y... Vale. Tenía que buscar a esa chica. Esa fue la cabrona que me había metido en el ''mundo de mierda'' como dijo la chica hacía un par de segundos.
-¿Todo eso de los zombies va en serio o es una coña? Más vale que digas la verdad, porque me estoy poniendo de los nervios. -Dije en un tono enfadado, borde, pero no era una situación como para estar alegre y amable... Así que... Lo entendería, o eso creía.

por **Emie Lemacks** Jue Jun 24, 2010 5:30 pm

-De acuerdo, de acuerdo, ya me estoy quieta… rancio –La última palabra la susurré para que no me escuchase, tirándome en el suelo y cruzándome de brazos. Vaya, así se estaba mucho más a gusto que encima de aquel árbol feo y medio muerto. Mucho es poco… ¡Muchísimo! Cerré los ojos y eché la cabeza hacia atrás, intentando dejar de pensar en todas aquellas cosas raras. Mmmm… si estuviese en mi mano ahora mismo me comería un buen bocata de jamón y tomate… que rico. Hacía siglos que no comía comida normal y las cosas que había logrado conseguir después del día soleado se me estaban agotando. Llegaría el momento en el que tuviese que hacer una pequeña visitilla a un almacén o algo infestado de zombies. Aquel seguro que era uno de los lugares en los que más de aquellos bicharracos se concentraban. La comida estaba asegurada… siempre habría algún humano idiota que fuese en busca de alimentos y justo en ese momento… ¡Zas! Media cara comida.

-Nah, ¿Qué va a ir en serio? Los zombies son muy buena gente ahora mismo seguro que te están preparando una fiesta de bienvenida y todo –Dije con ironía. Sí, una se cansa de responder siempre a las mismas preguntas. Creo que por eso los nativos nunca se dejaban ver… o casi nunca, porque veían que no valía la pena relacionarse con humanos que siempre acababan repitiendo sus conversaciones. –Ya verás, seguro que te encuentras a una novia y todo entre ellos –Me reí a carcajada limpia.

por **Jared Scahill Zwahlen** Jue Jun 24, 2010 5:41 pm

Cada palabra que salía de su boca era como una puñalada que se clavaba en mi vientre, haciendo que me retorciera del dolor.
Parecía saber lo que ocurría en el mundo de mierda, parecía saber quiénes eran todas y cada una de las personas que vivían en él, y parecía decirme también que lo de los zombies era completamente cierto, que podrían arrancarme la cabeza si me vieran por la calle.
Osea que tendría que esconderme, de ellos y de... ¿De quién más? Para encontrar ese maldito portal la gente podría llegar incluso a matar, con tal de encontrarlo.

Apreté los puños, ya no sentía el dolor en el tobillo, la situación comenzaba a irse de mis manos... Y no haría nada por impedirlo.
¡Encima se reía! Esto ya era el colmo.

Me agaché y la agarré de la sucia camiseta, tirando hacia arriba, hacia mi, con fuerza.
-Tengo paciencia, ¿vale? Soy pacífico, sí, hasta cierto punto. Procura no tocarme los cojones, ¿vale? Menos risitas y más explicar qué coño pasa aquí. Por qué nos han elegido. Tú pareces saber mucho sobre ello... ¿A qué si? -Espeté con rabia, toda la rabia que había acumulado desde el inicio de esta nueva aventura de la que casi con seguridad no saldría vivo.
¿Quién pensaba que tenía posibilidad alguna de salir del infierno? Solo si te camelabas al mismísimo diablo tendrías alguna opción de que te dejara libre.
Definitivamente, comenzaba a odiar a aquella chica, y a aquel mundo desconocido.

por **Emie Lemacks** Jue Jun 24, 2010 8:46 pm

Me encontraba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta de que aquel tipo raro cuyo nombre desconocía todavía me cogía de la camiseta y me subía hacia arriba. Joder, que encima me iba a dar de sí la camiseta y todo el cabrón aquel… y después, ¿Después me amenazó o mi estupidez llega al punto de que no me entero de una mierda y pienso que sí pero en realidad es que no? Mmm… no, no, me acababa de amenazar. Me di cuenta de ello en el momento en el que dijo “Menos risitas y más explicar qué coño pasa aquí.”

Ejem… ejem… ¿Hago algún comentario al respecto o directamente saco la pistola y le vuelo la cabeza? ¡Qué idea más tentadora! A lo mejor así se daba cuenta de algo fundamental en aquel lugar: No te metas con la gente mayor que tú, no te metas con la gente más loca que tú y… subrayado, por favor: NO TE METAS CON GENTE MÁS PODEROSA QUE TÚ.

Y como dice la canción: como una ola, tu amor llegó a mi vidaaa ~. Pues no, en esta ocasión precisamente así no era… con tuneo añadido era algo así: Como una ola, mi ostia entró en tu vidaaaa ~ Y tras esto, mi mano salió disparada hacia su jeta. Estaba más fuerte que él, era más rápida que él, tenía más genio que él y… ¿Se atrevía a meterse conmigo? ¡Já! Le iba yo a enseñar al criajo aquel lo que tenía y lo que NO TENÍA QUE HACER JAMÁS. Y cuando digo jamás no digo: hasta que seas más fuerte o hasta que seas más rápido o hasta que seas menos imbécil. No, no, me refiero a jamás de los jamases de los jamasicitos. ¿Algo que objetar? No, ¿Verdad? Pues ea, que coma bien torta, que están muy ricas y salen a muy buen precio.

-Mira, gilipollas de mierda reprimido, que sí, que seguro que estás aquí jodido y más solo que la una y todo lo que a ti te salga de los cojones pero si quieres desahogarte hazlo contigo y nos quitas el tener que matarte –Mi voz había perdido todo el encanto y ahora sonaba fría y segura. –Y yo te cuento lo que me sale de las narices y tú, por el bien de tu jeta, te estás bien calladito y sin exigencias –Le dediqué una sonrisita amable, como si lo que estuviese diciendo fuese que lo amaba o algo por el estilo.

por **Jared Scahill Zwahlen** Jue Jun 24, 2010 10:36 pm

Sentí el golpe en mi cara, pero lo aguanté sin problemas; cosas peores me habían golpeado en la cabeza.
Ladeé ésta y suspiré, soltando su camiseta y levantándome de nuevo: no había nada que hacer para poder sacarle algo de información.
Si lo intentaba de nuevo, como bien había dicho ella, me matarían, tendría que mantener la boca cerrada y esperar a que nos sacaran de ese mierda de sitio.
-Lo siento. Creo que... La situación me supera, joder.-Musité, llevándome una mano a la cabellera, acariciándola.
A cada segundo que pasaba más me iba dando cuenta de lo mucho que echaba de menos vivir en Alaska, ajeno a todos y todo, viviendo en mi puta cabaña, sin nadie que me molestase, sin nadie que pudiera meterme en un lío tan grande como ese...
-Yo no sé qué coño harás tú, pero yo me largo. Tiene que haber alguna salida y yo la encontraré, que le follen al jodido portal.-Comenté, quitándome la camiseta y colgándola de mis vaqueros.
Viendo como estaba la chica supuse que me llenaría de mierda hasta la cabeza, y quería mantener aunque fuera una prenda intacta, o casi intacta, pues ya estaba algo sucia, por culpa del capullo que nos había llevado hasta la habitación.

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