¿Drama, tragedia o comedia? [Rachel Missword]

Caminé, como siempre, por las sombras. Comenzaba a odiarlas. Si no ibas con cuidado, los zombies pálidos y calvos te comían. Era una película de terror, de aquellas en las que la tensión era constante. Necesitaba un momento de paz. Había salido a investigar por algún lugar, necesitaba encontrar otra pista. Tenía que acercarme a la torre aquella y pasar allí horas, pero antes, necesitaba conocer la ciudad. Necesitaba conocer algún lugar pequeño, seco y oscuro donde refugiarme de los fherals, por si acaso.

Después de un rápidisimo paseo por el cementerio, entrar al palacio lleno de máscaras y salir por el mal aspecto de éste, fui al teatro. La fachada era de color negro, como el basalto. Entré al vestíbulo, en sus días de gloria debió ser algo precioso. La alfombra estaba sucia, igual que las paredes. Había carteles oscuros, sucios y deshechos. Tenía un aspecto tétrico, pero cosas peores había visto en aquel lugar. Como los fherals.

Me paré y me apoyé en una columna, pensando. ¿Qué pistas habría en aquel lugar? Debería entrar en el salón principal, donde se representaban las obras. Lentamente y sin hacer ruido, corrí las cortinas y pasé dentro. Increíble. Las cortinas estaban roídas, los sillones viejos y podridos, daba la impresión que se caerían en cualquier momento.

Entre oscuridad, vi a una chica sentada, rubia. No parecía haberse dado cuenta de mi presencia.

-Hola -saludé a lo lejos -Tranquila, no soy un fheral o zombie, como prefieras llamarles.

Seguí corriendo al esucchar nuevamente los sonidos aterradores. Entre rapidamente a una gran estructura y cerre la puerta tras de mi. Con una rapida y corta examinacion del lugar, conclui que estaba en un tipo de teatro.
Corrí a las butacas y me sente en una de ellas recuperando mi respiracion, odiaba el lugar.
Abrace mis piernas contra mi pecho y me hundí en mi asiento al escuchar el silencio sepulcral.
Respire hondo y cerre los ojos.
Una voz me sobresalto un poco, mire al frente para ver en el escenario a una chica.
Sonrei ante su aclaracion.
- Hola - le respondí desde mi lugar atenta a la puerta en caso de que volvieran

-¿Eres nueva por aquí, verdad? -pregunté al verla tan asustada -Tranquila, no he visto ningún fheral por aquí. Seguramente estarán en una reunión zombie o algo -intenté relajar el ambiente. Me fui acercando lentamente. Sus ojos claros eran preciosos, parecían integrados en ella.

-Soy Cassie, encantada -sonreí cuando llegué a su fila -Me da un poco de miedo sentarme, si se caen será mi culpa. Y te aseguro que no es la primera vez que rompo algo en esta ciudad.

En una casa a la que entré, rompí dos puertas, un armario y se me cayó una mesa. Estaban en un estado horrible, pero casi me morí del susto. Hacía fresco allí, teniendo en cuenta que había parado de llover hacía una hora más o menos. El tiempo era aquello que no tenía sentido contar. Daba igual que fueran las tres o las cuatro, tenías que vigilar por tu vida durante todo el día; noches incluidas.

Ella no era la primera que no preguntaba, si no que afirmaba que era nueva, me sentía como aquella chica nueva de la escuela recién transferida que nadie conoce y que es el bicho raro del lugar. No le encontré gran diferencia a ambas situaciones.
Mire a la chica.
- ¿Se nota mucho? - pregunte en cuestión a si, si era nueva.
Pase mi lengua por mis labios, una manía mía, respire hondo y relaje mis tensados músculos.
- No se romperán - le afirme mirando los viejos sillones, al menos el mio parecía firme y fuerte aun.
Al parecer aquella chica ya llevaba tiempo aquí, parecía tener confianza y ni un poco de miedo se percibía en sus ojos oscuros pero alegres.
- Soy Rach - abrevie mi nombre dejando que mis labios formaran una sonrisa amable.

-Se nota un poco que eres nueva, el truco es parecer tranquila; aunque no lo estés -le expliqué -Como yo, llevo desde que llegué aquí con una mala sensación dentro de mí. Lo mejor que puedes hacer es disimular -sonreí -Y encanta Rach. ¿Es de Rachel verdad?

La chica me insporaba ternura. Me recordaba a mí en mi primer día en aquella ciudad. Sólo pensaba en salir de allí, en sobrevivir.

-Confío en que no se rompan -dije sentándome en un sillón a su lado -Esto me da mal rollo -le miré y centré mi vista en el escenario -Sería bonito ver una obra de teatro para nosotras, pero que los protagonistas no fueran zombies. Sería un bonito detalle -bromée. La chica necesitaba alejar sus pensamientos sobre zombies asesinos de su mente.

Asentí tomando en cuenta su comentario, sabia que mi expresión no debía de ser la mas tranquila, pero es solo que no me agradaba la idea de caminar por un mismo suelo donde hubo zombies o como se les llamara.
Aparte, era una chica nerviosa y compulsiva de vez en cuando, no podía evitarlo, pero respire hondo y trate de relajar mi expresión.
Reí ante su comentario de la obra y mire al escenario también, no pude evitar sonreír al imaginarme un montón de zombies disfrazados de princesas y príncipes interpretando la obra de Rapunzel.

- Hace mucho que no veo una obra de teatro - comenté tratando de recordar la ultima vez que estuve en un lugar así, claro, sin los sillones roídos y las cortinas llenas de polvo y rasgadas.

-Yo no me acuerdo, las últimas veces que he estado en un teatro ha sido allí delante -señalé el escenario -Bailando como la co-protagonista o alguna bailarina secundaria -le resumí -Soy bailarina, o al menos lo intento -era verdad. Había gente muchísimo mejor que yo en la escuela y tenías que darlo todo para poder llegar a ser alguien.

-¿Tienes sed? -le pregunté mientras sacaba una botella de la mochila -No está fría ni es de botella, pero es agua limpia -le sonreí y le tendía la botella. Yo, personalmente, me moría de sed. Aquel largo paseo desde cualquier parte me cansaba de una manera increíble, aunque me negaba a mostrarme débil delante de alguien. Tenía que sobrevivir para salir de allí. Tenía que salir de allí, debía salir de allí.