I Duelo de Ambientación y Relatos - 1ª Ronda - Sky Simon vs. Nathalie Okman

Normas

1. Atenerse a la temática del duelo, la cual decide el staff. (Ejemplos: Duelo a muerte entre los dos concursantes sobre la cubierta de un barco. Los dos son piratas, el uno le ha robado la última manzana del barco y se la ha comido y el otro se quiere vengar)
2. Respetar el sistema de turnos
3. Cada duelo constará de 10 posts de cada concursante
5. Habrá un máximo de 1 día para contestar tu post. Si uno no contesta, se dará el tema por abandonado y ganará el rival.
6. Se evaluará la correcta exposición, su claridad, la correcta escritura (faltas de ortografía), que se atenga a la temática propuesta y a la ambientación, las buenas ideas y la claridad del escrito en general.
7. El staff decidirá quién es el ganador del duelo.
8. Cada post deberá tener entre 15 y 25 líneas. Si tiene más o menos será dado por nulo.
9. Se permitirá editar el post hasta el momento en el que el contrincante conteste.

Tenía la pistola entre las manos, observando a través de los temerosos ojos de todos y cada uno de mis acompañantes aquella fría noche de invierno. ¿Cuales serían sus razones para jugarse la vida? No había preguntado, tampoco pensaba hacerlo porque no era algo que no me dejara dormir; es más, estaba segura que aquel día caería y dormiría por siempre. Pero, volviendo al tema, ellos sabrían lo que hacían, sentía el miedo en algunos de los presentes, quizá alguien les había arrastrado a hacer tal estupidez y no estaban del todo seguros, se lo tendrían que haber pensado antes porque ahora ya era tarde. Agarré la bala que descansaba sobre el verde tapíz del billar mientras recordaba una y otra vez las miles de razones que yo tenía para querer jugar.

Había tenido una fuerte discusión con mi mejor amigo. No confiaba en mí, no quería contarme nada y yo como una tonta siempre había creído que yo era más que una hermana para él. Le llamaba cada noche, le confesaba todos mis secretos y ahora... Solo hacía que llorar apoyada en la pared de mi habitación, tirada en el suelo, tratando de no sentirme más humillada de lo que ya me sentía y soltar todo lo que había estado reprimiendo durante la pelea, todos esos llantos de dolor.
La puerta de mi habitación se abrió de golpe, haciendo que pegara un bote y mirara asustada hacia ella. Pero no reaccioné a tiempo cuando dos grandes manos me agarraban de los brazos y hacían que me levantara del suelo, acorralándome entre la pared y el enorme cuerpo de mi padre. Mi corazón se aceleró, mis ganas de huir de allí aumentaban y la voz de mi padre resonaba en mi mente "Eres idiota, deja de llorar, no me hagas enfadar", pero sin poder secar las lágrimas con las yemas de los dedos él frenó el camino de estas con la palma de la mano a una gran velocidad y haciendo que mi rostro se quedara dolorido y aún más lágrimas resbalaran por él.
Detrás de esta vinieron muchas más, ese día no había nadie más en casa para frenar a la bestia.

Dejé la pistola en la mesa tras acariciar con el frío cañón mi ojo morado que pedía a gritos algo que calmara el dolor y la hice rodar, ya que a pesar de querer que esa bala cruzara mi cabeza no quería ser la primera, más que nada porque nunca solía salir al primer apretón del gatillo- ¿Alguien con pocas ganas de morir?

Paseé la mirada por todos, que observaban la pistola girar sobre sí misma. El ambiente estaba cargado, se podía respirar la tensión y excitación del momento. Me dediqué a imaginarme las vidas de cada uno, la mayoría eran adultos casados -por los anillos que decoraban sus manos-, lo que menos abundaba eran los adolescentes. Supongo que tenemos demasiada vida por delante para dejarla escapar por un disparo en la cabeza gracias a un juego. Pensé antes de que la pistola parara de girar. Cuando esta apuntó a una chica de la misma edad que yo, mas o menos, me apoyé en el borde del billar y alcé una ceja al oír sus palabras; era de las pocas que no le tenía miedo a la muerte, me agradaba, se parecía a mí.

Volvió dejarla en la mesa y esta vez le tocó a la mujer que tenía en frente, me miró dudosa mientras colocaba la pistola en su cabeza y sin que nadie más que yo pudiera oírlo, pronuncié tres letras que le hicieron temer más el arma que tenía entre las manos. La mujer leyó perfectamente un "PUM" en mis labios, y cuando volvió a tomar fuerzas, le dio al gatillo. Más posibilidades para morir en un momento u otro.

Y, una vez más, todos pusimos nuestra atención a la pistola, que estaba por escoger a su nueva víctima, esperaba que no fuera yo, quería aguantar hasta el final para ver como los demás sufrían. Aparté la vista por unos segundos y observé a la chica que no le temía a la muerte, llamando su atención con un chasqueo de la lengua y preguntando con la mirada el porqué jugaba con su vida.

La pistola deja de girar tras unos minutos de un angustioso silencio.En su interior,Connor no puede evitar preguntarse porqué se ve el pánico reflejado en los ojos de la mayoría de los presentes.Ha sido su decisión jugarse la vida,ahora deben afrontar las consecuencias.

Un señor con aspecto cansado toma el gélido trozo de metal entre sus manos,y mientras el joven observa,con una sádica curiosidad,cómo apoya el gatillo en la cabeza,un chasquido a su lado le interrumpe.Es la chica de antes,aquella que comenzó el juego y que,cree,tampoco le teme a la muerte.Vé la curiosidad reflejada en sus ojos,la misma curiosidad que él siente por ella.Y aprovechando la falta de atención de los presentes,ladea la cabeza para cuchichearle.

-No tengo nada por lo que vivir...me lo han arrebatado todo,así que...¿para qué seguir?-su sonrisa carente de alegría indica que no miente.Espera que ella corresponda o le pregunte algo más,mientras un pequeño flahs back de la muerte de su hermana pequeña inunda su mente.Aquel trágico accidente del que siempre se ha...PUM.

El señor adinerado ha sido el primero en caer,observa en silencio cómo nadie parece atreverse a hablar,mientras la sangre gotea sobre la mesa.De la boca del viejo sale una gotilla de sangre que aterriza sobre el suelo de madera,aún limpio,no obstante a punto de acabar manchado con la sangre de vidas destrozadas...Asqueado y curioso a un tiempo,Connor espera pacientemente a que alguien decida tomar la pistola de nuevo.



off:es chico xD

Alcé una ceja, no me respondía del todo a mi pregunta y la duda del porqué alguien tan joven quisiera morir seguía revoloteando por mi mente. Habían muchas razones, los adolescentes piensan en morir siempre que algo les sale mal pero pocos lo hacen si no es algo que les tortura constantemente y no les deja seguir.

Observé como el hombre caía sobre el billar y mi corazón, sin poder evitarlo, empezó a latir con más intensidad. Eso me hizo recordar que seguía vivo, que aún podría aprovechar todos los latidos que me quedaban para ser feliz, que la vida no se concentraba en lo que me había pasado. Ni en la pistola, ni en la bala que en unos minutos acabaría conmigo. Pero no me iba a echar atrás, ahora no, debía demostrar que no le temía a nada y, si era posible, que todos los que alguna vez me habían echo daño que se sintieran mal por mi muerte. Y más después de leer la carta que descansaba sobre mi cama, despidiéndome de todos y explicando la causa de mi suicidio. E inconscientemente se me vinieron imágenes a la cabeza de la gente que sí que me quería, mis verdaderos amigos y parte de mi familia que demostraba su amor por mí. Lo sentía por ellos, pero esta era mi decisión y no pensaba cambiarla.

A los pocos segundos alcé la vista para ver como un hombre le quitaba de las manos pálidas y rígidas la pistola y volvía a preparar el juego, apuntando su cabeza y apretando con un temblor exagerado el gatillo, nada, el hombre abrió los ojos que había cerrado anteriormente y estos brillaban de una forma especial, si no se aguantara las ganas de llorar lo habría echo al apuntarse, pero quería hacerse el valiente ante todos, por eso, muy convencido de que nada saldría del cañón volvió a disparar y... Cayó. Otro menos, ¿Quien sería el próximo?

Off; ok, perdón :$$

Y de nuevo el chico quiere jugarse su vida, justo en el momento en que yo iba hacerlo con la mía. Suspiro antes sus palabras, su situación a pesar de no ser como la mía tiene un parecido razonable. No tenía a nadie a quien poder querer, no tenía una familia que le haga seguir adelante día a día, el dolor de la marcha de cada uno hacía crecer sus ganas, pero no lo entendía porque yo nunca había tenido a nadie que me quisiera, nunca nadie había luchado por mí y me hiciera feliz. Diecisiete años sufriendo, ¿Cuanto más podía aguantar? Muy poco, no quería seguir con esta vida en la cual pasaba el mayor tiempo del día discutiendo, llorando, temiendo a lo que podría pasar segundos más tarde. No era una buena forma de vivir, no se la deseaba a nadie.

Agarré al fin la pistola y respiré hondo, ¿si el chico se había desahogado porque yo no?- Yo nunca he tenido familia, yo les llamaría escoria. Gente tan egoísta que solo disfrutan con el dolor de los demás, dolor físico y psíquico, me dan asco... Y yo intento ser feliz, desconectar de toda esta mierda pero, por mucho que lo intento, ellos siempre están ahí para arrebatarme la felicidad que tanto necesito -miré la pistola antes de ponerla en mi cabeza y dejar caer la mirada a la sangre de los demás- Tampoco vale la pena vivir -y disparé. Cerré los ojos fuerte cuando tiré la pistola sobre la mesa después de que nada saliera de allí. Quizá era la suerte, que no quería que malgastara mi larga vida, pero miles de peligros habían allí afuera esperando el momento oportuno para sorprenderme.

Abrí la boca para contestarle pero recapacité mis palabras y, por primera vez en mucho tiempo, pensé antes de hablar.
¿Mis padres llorarían por mí? Esperaba que sí, esa era una de las razones por las que hacía esto, para que vieran lo que yo había sufrido durante todo el tiempo en el que me hicieron daño. Pero, ¿y si había una segunda oportunidad? ¿Y si esa pistola no había disparado porque quería que yo siguiera con vida y aprovecharla lejos de todo lo que me hacía daño? Quizá era pura suerte, y quería saber si lo era o no. Le quité al chico la pistola de las manos y volví a apuntar a mi cabeza mirando hacia el chico- No estoy muy segura de querer seguir aquí -apreté el gatillo, nada- No creo que valga la pena vivir... Me encontrarán y todo volverá a ser igual -volví a apretarlo, y solo el ruido salió de allí. Mi corazón latía tan fuerte que hasta dolía, mi respiración estaba agitada y ya sentía la humedad en mis ojos, esas lágrimas que no podría evitar acompañándoos en mis ojos, la impotencia de no saber que hacer.

Volví a mirar los cuerpos muertos, la sangre manchando todo, incluso mi mano apoyada en la mesa de billar la cual alcé para poder observar de más cerca el color oscuro de la sangre, y sentir el fuerte olor que desprendía. Pasé la mano por encima de la chaqueta de uno de los hombres, aún vivos, que estaba a mi lado para limpiar los restos de sangre y tras soltar un fuerte suspiro dejé la pistola en la mesa, sin soltarla aún.

- A la vuelta de la esquina quizá nos espere algún loco con una pistola parecida a esta y el valor suficiente para matarnos -siempre mirando el sentido negativo de la vida, debía cambiar un poco mi mentalidad- o quizá si que hay un mundo mejor que este... -Ilusa. Decía mi mente.

Mínimo 15 líneas ESTERAS editar.... son fallos que deberan evitar cometer otra vez.. sino.. descalifacada u.u