Hasta las narices [Librisimo]

Aquello era desesperante, aburrido y muy muy sucio. Me había pasado la mañana, tarde, noche o lo que fuera caminando, pensando en las indicaciones (si se le podían llamar así) que encontré en la Morada de los Perdidos. Pero perdida si que andaba yo. ¿Por qué pensé que aquel portal sería fácil de encontrar? Porque soy tonta y no tengo más cerebro que eso.
Pues nada, que mis pasos me acabaron llevando hasta una ciénaga asquerosa, llea de barro, y con un olor... rico en proteinas.
Derrepente, enfadada con el universo como iba, me tropecé con algo y caía en aquella masa pestilente.

- Genial, Kate, 10 puntos. ¡Has superado tu propio récord de estupidez!- le grité al mundo mientras me ponía de pie.

Intenté quitarme la suciedad como bien pude, pero quedaron pegadas a mi cara algunas gotas de barro. Y yo sin agua corriente. ¡Qué gran invento aquel!